Los detalles de mi novio idiota.

995 74 156
                                    

Las relaciones de amistad para Haizaki eran todo un abismo de conocimiento, al que se vio obligado a sumergirse cuando la presencia latosa y positivista de Inamori se cruzó en su camino. Sin embargo, eso fue sólo el inicio de una laaargaaa aventura junto a un grupo de jugadores del deporte que tanto amaba.

Uno de esos jugadores, Hiroto Kira, o el «Dios Goleador» como su gigantesco y estúpido ego lo hacía llamarse fue capaz de dos cosas en menos tiempo del esperado:

1) De sacar su peor lado competitivo y agresivo.
2) De sacar lo mejor de él en cuanto a técnica y habilidad.

La competencia insana por el titular de delanteros lo llevaron a evolucionar magistralmente en el campo de juego, y tal vez como persona también.

Lo hacía desesperar con su actitud, le molestaba su cabello de estropajo despeinado, le parecía ridícula esa marca de trueno en su ojo y mejilla, y ni hablar de los ridículos aretes y piercings que usaba en cuanto lugar del cuerpo podía. Pero a la vez le encantaba la forma y color de sus ojos, esa sonrisa retadora que parecía tener trabada en el rostro, la delicadeza de sus facciones y la forma en general de su cuerpo, tan equilibrada, balanceada y trabajada.

Era esa última descripción lo que lo llevo a darse cuenta de sus sentimientos por el peligris. Le gustaba tanto que tenía que fingir que lo odiaba para no sentirse fuera de lugar.

Fue difícil admitirlo y aceptar la extraña realidad que le acompañó durante todo el FFI. Una vez que terminó, pensó que podría llegar a librarse de eso que sentia.

Lamentablemente no fue así, la ausencia de aquel tipejo en su vida le generó un hueco en el estómago, en el corazón, en la cabeza y en los riñones, por alguna extraña razón.

Sin más a dónde acudir o qué hacer, le comentó la situación a Kidou en su momento. El de rastas, que parecía saber más de lo que él le pudo haber contado, le dio el gran y magnífico consejo de su vida:

«Sí te gusta tanto, ¿por qué no le pides que salga contigo?»

Incluso en el siglo XXI, en un deporte como el fútbol tan marcado de estereotipos y machismo, tener una relación de ese tipo sería como firmar el fin de tu carrera deportiva. Si, básicamente se vio obligado a elegir entre sus sentimientos y sus sueños. En aquel momento, entró en un drama depresivo donde dejó de entrenar, de comer, de sonreír, de enojarse. No dejó de respirar sólo porque el piloto automático de su cuerpo no se lo permitía.

Así pasó al segundo año de secundaria, Mizukamiya y Kidou le dieron su última charla motivacional antes de graduarse, y como sorpresa especial, que definitivamente no quería recibir, trajeron a Hiroto con ellos para que dejarán en claro las cosas de una vez por todas.

Saber que ese pedazo de imbécil sentía lo mismo por él realmente le lleno el cuerpo de emoción, una sensación que creyó jamás conocería ascendió desde el fondo de su estómago hasta su boca, sólo para susurrar «Me gustas mucho, te odio.»

Las Tsunderes del anime estarían orgullosas de ti, Haizaki.

Así inicio una relación amorosa realmente complicada.

1) Porque era a distancia.
2) Porque debía mantenerse en secreto.
3) Porque ambos en el fondo eran chicos que sólo quieren recibir mimos, cariño y atención de sus parejas, y por los dos puntos anteriores, eso se volvía un lujo de solo cada fin de semana.

Pero de algún modo sobrevivieron a su primer año de relación. Algunos golpes y muchos besos eran sus mayores recuerdos de esos 365 días que llevaban bajo el título secreto de pareja.

Eventualmente el rumor se corrió entre todos sus allegados, cosa que no le sorprendió ni incómodo a nadie, ni siquiera a sus padres. Por ende, su segundo año de relación fue bastante ameno y feliz, se veían más a menudo, salían más, a veces Haizaki dormía en la mansión Kira, incluso una vez se fueron a nadar junto a los demás del Eisei Gakuen, todo pagado por Padre.

Sumalo a mi cuenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora