-¿Me puedes explicar porque parece que te vayas a examinar de cincuenta temas de biología molecular?- preguntó la morena que iba repartiendo vasos por la mesa- Relájate que vamos a una verbena no al matadero.
-Lo intento, pero no puedo- gruñó frustrado y apoyó la cabeza contra el respaldo del sofá- ¿Y si la cago otra vez ahora que parece que vuelve a estar todo medio bien?
-¿El qué vuelve a estar medio bien?- preguntó Marta entrando al bajo seguida de Alfred.
-Ay mierda, que no se los conté- se incorporó para quedar bien sentado- A ver, por donde empiezo... Sabéis que Raoul y yo no nos hablamos desde hace años, ¿verdad?
-Eso lo sabe hasta mi sobrina- dijo la pamplonica sentándose en una de las sillas
-Bueno pues, esta mañana vino a la pastelería a por el pan....
Les fue contando todo lo que había pasado desde que se encontraron aquella mañana hasta que se despidieron unas horas atrás prometiéndose verse aquella noche en la verbena.
Sus amigos lo escuchaban atentos, encantados de tener por fin algún tipo de contenido de su pareja favorita del pueblo luego de tanto tiempo. Había sido una tortura tener que shippear en silencio sin que ninguno de los dos se diera cuenta o sabían que les caería una buena bronca si se llegaban a enterar
Aun viviendo en una dictadura anti "ragoney" (así habían apodado la relación de sus amigos) se las habían apañado para carpetear como locos cada vez que les llegaba algo de información aunque fuera lo más tonto del mundo.
-Ahora entiendo porque estás tan nervioso- le dijo el catalán apretándole la rodilla por debajo de la mesa
-¡Porque esta noche folla!- "¡Amaia!" exclamaron todos los demás a la vez"- ¿Qué?- los miró sin entender el revuelo- Con las ganas que se han tenido siempre es lo más probable que pase.
-Vamos a ir poco a poco- respondió el canario cortando a la del pelo corto antes de que hablara- Aun hay cosas que duelen entre nosotros y que tenemos que arreglar antes de poder volver a estar como estábamos antes.
-Es lo mejor- habló la canaria- Es preferible hacer las cosas bien a apresurar las cosas y joderlo todo otra vez- Se inclinó para dejarle un beso de apoyo en la mejilla y se levantó para coger la botella de vodka del centro de la mesa- Y ahora vamos a emborracharnos que el cuerpo me pide fieeesta.
Todos rieron por el bailecito de la mayor con la botella en la mano y se pusieron a repartir la bebida entre ellos para empezar a beber.
Agoney se recostó más en el sofá y se quedó mirándolos con una sonrisita en la boca. Adoraba a esa panda de locos despreocupados, no sabe que habría sido de él si no hubieran estado a su lado cuando pasó todo aquello tres años atrás.
Sintió una cabecita apoyarse en su hombro y giró ligeramente la cara para darle un beso en la frente. Volvió a mirar a sus amigas subiendo una mano para acariciar los ricitos que cubrían la cabeza del catalán.
-¿Los gatitos hoy no beben o qué?- preguntó la malagueña mirándolos con la ceja alzada.
-Iba a decir una cosa súper obscena pero mejor me callo- "¡Amaia!" exclamaron de nuevo- Perdón, perdón, es que echo de menos a Diego.
El canario apretó la mano de su amigo cuando notó como se tensaba ante ese nombre sabiendo que la situación seguía siendo difícil para él. Este le devolvió el apretón y sonrió ligeramente haciéndole saber que estaba todo bien y que no se preocupara.
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Esta noche
FanfictionTres años y 22 días han pasado desde la última vez que Raoul y Agoney hablaron. Tres años y 22 días en los que no han dejado de pensar en el otro y en lo mal que lo hicieron todo. ¿Podrá la magia del verano y el chocolate arreglar esta amistad?