Empecé a dar pequeños pasos y tú me seguiste.
Te conté que no era muy buena haciendo amigos, que me costaba socializar.
Tú dijiste que a ti te pasaba lo mismo.
Tuve frío y entonces lo notaste, te quitaste tu suéter y me lo prestaste.
Los minutos pasaban rápido pero ni siquiera lo notaba.
Empezamos a reírnos de cosas sin sentido, a inventar chistes y hablar de nuestros gustos.
Pero luego, nos dimos cuenta que ya era tarde.
Tenía que volver a casa.

ESTÁS LEYENDO
Nuestro amor ha sido siempre.
RomanceÉl la amó desde que la vió, por esa razón cuando tuvo la oportunidad buscó la manera de hablarle. Empezó a inventar excusas con la intención de acercarse a ella. Ella era alguien diferente, alguien especial, él no quería arruniar las cosas con ella...