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No pude dormir toda la noche, ¿que significaba esa nota?.
Debo salir lo más pronto posible de este pueblo maldito, no me han pasado cosas tan malas pero si extrañas.
Debo ir hoy mismo a la casa de mi abuela, no pienso quedarme en este motel un día más.

Luego de que pagará lo del vidrio roto en el motel me dirigí a casa de mi abuela y cuando llegue a abrir la puerta de esta, todo estaba en perfecto orden, es como si mis memorias de infancia hubieran vuelto realidad.
Los muebles, la chimenea y las pinturas aburridas que le fascinaban a mi abuela todo estaba ahí; la nostalgia me invadió y sin poder retenerlo más me puse a llorar, ahora estoy sola no tengo a quien abrazar o conversar, solo me quedan los felices recuerdos de mi niñez y las miles sonrisas que me daban mis padres y mi abuela.

Y sin darme cuenta me quedé dormida encima del sofá.

Cuando desperté ya eran las 5 de la tarde pero afuera por ser un lugar muy frío el ocaso llega antes, así que me levante y por fortuna no tenia hambre, me dirigía a la habitación de mi abuela y cuando abrí la puerta su característico olor me inundó por completo, amenazando a mis ojos con llorar de nuevo, pero no lo permití así que inhale lento y despacio.

Me acerque a su cama y me senté sobre ella, con mi mano acaricie ese lugar como si quisiera saber que es una ilusión lo que estoy tocando y cuando abra los ojos este ella acostada; pero lamentablemente esta es mi realidad.
No quería llorar más; así que me levanté y salí de la habitación, me dispuse a ir al baño y hacer mis necesidades, cuando salí me dirigí a mi viejo cuarto y al verlo con peluches y sabanas y cobijas rosas con animaciones de princesas y animales hizo que soltara una leve y delicada sonrisa; pues sabia que ella siempre lo mantenía limpio para cuando yo llegará y esta no fue la excepción.
Empecé a recorrerla y a mirar los peluches que siempre tomaba cuando era niña hasta llegar a las fotografías, las cuales no mire mucho y todo por mi debilidad al llorar, hasta que me senté en mi cama y por casualidad mire hacia mi repisa donde tenia una lámpara y dulces, pues sobre ella había una carta.

La curiosidad mató al gato así que me levante y la tomé, la examiné un poco con la mirada pues no tenia nombre, así que la abrí y saqué lo que había dentro que era una carta y decía:

Querida Irina:

Hace tiempo que no te veo, pero de seguro ya te haz de convertido en una mujer hermosa como tu madre y curiosa como tu padre; lo se soy tu abuela y te conozco muy bien.
Te preguntarás el porque esta carta en tu habitación, pues te lo diré en mi diario; pero antes de eso quiero que revises el ático y habrás mi baúl de recuerdos, si ese que te dije que no lo abrieras cuando niña, busca entre este un collar azul con perla blanca en el centro y pontelo; es una pequeña herencia que se le da de mujer en mujer en nuestra familia, te lo habría dado antes pero con lo que paso con tus padres y el daño emocional que tuviste me decían que no era el momento.
Se que lees esto porque ya no estoy en este mundo, pero te aseguro que estoy tranquila porque cumplí con el deber con el que quedé endeudada con este pueblo hace tiempo, y que tu también debes hacer lo mismo, para eso esta el diario en el cual están mis experiencias en este pueblo misterioso para que puedas llevarlas a cabo.

            Con mucho amor: Tu abuela.

No sabía que decir, ¿mi abuela no se quedo en este lugar por amor al abuelo? O ¿por su excelente lugar para criar hijos? ¿A que se refiere con deuda al pueblo? ¿tendrá relación con lo que me ha sucedido en estos días?

Diablos, mi abuela tiene razón ; soy una mujer muy curiosa.

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Capítulo corto pero mañana lo recompenso, no olviden votar y comentar ya que me ayudan mucho.

¡Hasta la próxima!


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