Capítulo 2

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-Mia, Mia- abro los ojos y veo a Ana de pie frente a mí, no puede ser me quede dormida.

-¿Qué hora es?- le digo a Ana un poco adormecida

- Todavía no es muy tarde pero como no te veía te vine a buscar, creo que es mejor que vayamos a tu cuarto ahí puedes descansar un rato - me dice extendiéndome la mano.

-No, quisiera quedarme un rato más aquí -

-Mia, no puedes, tienes solo una hora y tienes que estar lista para la cena, además no te vez nada bien es mejor que entremos – ella se agacha dispuesta ayudarme a ponerme en pie, yo sedo ante el gesto, pero cuando logro levantarme no dejo que me agarre, ella me ve y sonríe, luego empieza a caminar pero esta vez espera a que yo vaya al frente.

Entramos a la casa y al hacerlo me doy cuenta de que en el tiempo que estuve afuera cambiaron muchas cosas, en especial la decoración ahora todo es color dorado y algunas cosas son rosado pálido, como mi cuarto, sigo caminando hasta llegar a las escaleras, al terminar de subir las escaleras escucho a un niño gritar

- ¡Ana!, ¡Ana!, ¡Ana! - dice el niño que es igual al pequeño de las fotos- ¿Me puedes ayudar con mis maletas? - el niño empieza a acercarse y me mira, como si me conociera de antes.

- Claro Mateo, voy enseguida - le dice Ana viéndolo con dulzura o algo así - Mia, puedes ir a tu cuarto dentro de poco llego a ayudarte, mientras puedes ir bañándote, yo te deje todo listo – yo únicamente asiento, luego miro al niño una vez más y me doy cuenta de que se parece mucho a Harry, pero ignoro cualquier posibilidad de que...

- Señorita - dice el niño interrumpiendo mis pensamientos – Es un gusto conocerla, mi... - se detiene a medio hablar y parece pensar mejor sus palabras, algo que a mí me parece raro en un niño - me han contado mucho de usted, espero que usted pueda jugar mucho conmigo y mis hermanos - lo miro muy desconcertada, porque no entiendo a qué se refiere con que le han contado de mí, además este pequeño es muy extraño – Mi nombre es Mateo y mejor me voy ya porque si no Ana se enoja, nos vemos en la cena- me dice el niño despidiéndose de mí, yo hago lo mismo y camino hacia mi cuarto.

Al llegar me doy cuenta de que Ana estuvo arreglando todo por aquí, pero no toco mi maleta que sigue a la par de la cama, por dicha, en la cama hay una bata de baño, a la par también hay un vestido del mismo color rosado, pero al menos no es pálido, ¿Qué tendrá esta familia con el rosado?

Cojo la bata, y me doy cuenta de que no sé dónde está el baño así que me quedo un rato de pie en el centro de la habitación cuando escucho que alguien toca mi puerta, por favor que sea mi mamá, para mi mala suerte entra Ana un poco apresurada, y frunce el ceño al verme haciendo nada.

-Mia, te dije que te fueras bañando, ¿Qué paso? - dice un poco más calmada y con tono dulce, pero parece que se estuviera conteniendo de regañarme.

-La verdad es que solo estuve dentro de la casa al menos 10 minutos, así que no conozco nada y no sé dónde está el baño - le digo un poco aturdida y avergonzada.

-Bueno, tu baño está aquí- se dirige a una de las puertas que hay en mi cuarto, que no había observado antes. Es blanca pero tiene una serie de dibujos que no entiendo pero son bastante llamativos.

Entro al baño sin decir nada y Ana cierra la puerta, creo que se va, pero no escucho nada, el baño es bastante grande, de pronto me empiezo a sentir cansada no me había dado cuenta de nada en este lugar, no me siento cómoda, esta casa es muy diferente a mí.

Me empiezo a sentir más aturdida y como un relámpago caigo en cuenta que estoy completamente sola, ya nadie está conmigo, ni siquiera reconozco a mi madre, mis hermanos se fueron, y yo estoy metida en un lugar donde al parecer todo el mundo me conoce, pero yo misma no.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2019 ⏰

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