El sol era arrasador por el días en el antiguo Egipto, pero las noches se llenaba de frio y completa oscuridad.
Pero este día no era así, en el templo mayor se realizaría una gran fiesta por el cumpleaños número 21 del hijo del faraón, toda la realeza estaría presente.
-Jungkook tienes que apurarte- Se quejo Kim Namjoon el primogénito de uno de los faraones de una región cercana. -Es tu fiesta, tu padre se molestará si llegas de nuevo tarde-
-No entiendo por qué tanta formalidad- Dijo el joven príncipe terminando de ponerse los anillos reales en sus dedos. -Solo cumplo 21 años, no es necesaria una fiesta- Rodo los ojos al caminar e ir por su diadema dorada.
-Siempre que te vistes así me das risa- Comento su amigo.
-Odio estas cosas, me gusta más ver mi cabello que cubrirlo con la diadema-
-Bien te dejare de seguro tu primo Seok Jin ya ha llegado, quiero verlo- Dijo emocionado el moreno.
-Cuando vas a entender que no le interesas- Regaño Jungkook.
El otro joven no le hizo caso y salió de su habitación.
El príncipe así comenzó delineándose los ojos con pintura negra hecha de plantas, colocó una pequeña joya en el medio de su frente, se puso un collar de oro y termino por colocarse las sandalias de palma.
Era un bello joven de 21 años, su cuerpo estaba bien torneado, un dorso descubierto se dejaba ver y la falda apenas les llegaba a las rodillas.
Jungkook era el delirio de muchos; faraones y reinas trataban de seducirlo, pero él nunca les prestó atención, aun no sentía algo por una mujer o un hombre.
Algo frustrado decidió salir de su alcoba. Caminaba tranquilo por el pasillo para bajar a donde seria la fiesta, pero de la nada un golpe lo hizo caer al suelo.
-Eres un estúpido-Se quejo Jungkook levantándose rápido.
Al voltear a ver a quien lo había tirado se llevó una enorme sorpresa.
Un joven de piel tersa con una vestimenta casi parecida a la él, dejaba ver parte sus brazos, torso y piernas, unos ojos miel lo hipnotizaron y esos labios rosados. La joyería que llevaba resaltaba más sus facciones y lo hacía ver como la mismísima Cleopatra en vida.
-Gracias por ayudarme- Dijo el joven con sarcasmo al levantarse del suelo. -Para ser el cumpleañero te me haces alguien muy grosero- Refunfuño.
Jungkook salió de su trance y frunció el ceño.
- ¿Que has dicho? -Dijo molesto.
-Nada-
El joven era más bajo que Jungkook, pero aun así se veía impotente con esa mirada felina que tenía. El castaño tomo al pequeño de la muñeca y lo atrajo hacia él, su pelo desprendía un rico olor a flores aromáticas.
-Nunca en la vida te había visto y te osas a llamarme grosero-Dijo serio Jungkook.
Lo único que recibió fue una pequeña risa.
-Para tu información me llamo Park Jimin y si nunca me habías visto, mi padre siempre me tiene encerrado en el templo, ahora podrías soltarme que tu estas a nada de llegar tarde-
Jungkook proceso lo que había dicho Jimin y lo soltó de inmediato para correr por las enormes escaleras.
-Hijo ¿Dónde estabas? - Dijo su madre deteniéndolo para llevar lo ante todos
-Tuve un pequeño percance-
Sonrió pícaramente para sí mismo al recordar a Jimin.
✴✴✴✴✴
La fiesta comenzó al instante en el que el faraón dio un brindis.
Jungkook se encontraba sentado alado de sus padres, viendo aburrido a toda la gente en el lugar. De la nada otro faraón se acercó al padre del joven. Hablaban alegre. Las luces se apagaron y prendieron, unos gritos se escucharon, pero no era más ni menos para llamar la atención de la gente.
-Querida gente mi querido amigo de hace años ha venido a darnos un espectáculo, especial para mi hijo-
Jungkook algo avergonzado sonrió.
Se comenzaron a escuchar tambores y flautas. Era algo extraño, varios jovenes con vestimente completamente blanca se postraron frente a los reyes y él principe; sus rostros estaban cubiertos por velos del mismo color a la demas ropa, solo se podian ver sus ojos.
Habia al rededor de chicos de cada sexo. Tres mujeres y tres hombres.
La musica siguio y comenzaron a bailar, la coreografia era de forma sensual.
Nadie negaria que aquellos chicos sabien moverse; pero la vista del joven principe se sentro en uno de ellos.
El movimiento de si cintura, la mirada tan penetrante hacia él.
Los jovenes terminaron el espectáculo y descubrieron su rostro.
Jimin era aquel chico que lo fascinó de nuevo.
-Y bien hijo ¿Quien de estos jovenes llamo tu atención?-Le pregunto su padre a Jungkook.
No sabia ni que decir pero sin vergüenza dijo aquel nombre
-Park Jimin- Sonrio
Y asi seria; cuandon el faraon muriera Jungkook subiria al teono y quien gobenaria a su lado seria Park Jimin.