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Lit el manipulador. 
      Ecko el caliente.

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El regalo de su papá había llegado.

Tenía muchas emociones juntas.

Una vez que dejó colgado aquel importante cuadro que había pasado de generación en generación, sonrió, sonrió porque por primera vez sintió que hizo algo bien. Sus ojitos verdes se llenaron de lágrimas que lentamente fueron cayendo por sus mejillas.

- ¿por qué lloras? - Ecko recién había llegado a la casa. Luego de grabar "Bésame" estaba muy cansado y esperaba al menos poder llevarse a su novio a la cama. Pero, este se encontraba llorando en frente de un cuadro el cuál ni color tenía, sólo era un paisaje horrible. -

- que mierda te importa a vos. - respondió sin más. Secó sus lágrimas y se acercó a su chico para dejarle un besito sobre los labios. - ya llegaste, amor. ¿cómo te fue? - preguntó ahora con una deslumbrante sonrisa, Ecko frunció el ceño y se alejó de su chico para quitarse la campera y dejarla tirada en el sillón. -

- que mierda te importa a vos. - imitó la voz de su novio. Al ver la cara de Lit se sintió mal. Mauro era una persona que capaz te contestaba mal sin querer, pero, cuando vos le respondías mal él simplemente se ponía todo sensible y a veces lograba llorar, sin embargo, hacia todo eso para manipular a la persona. - no me vas hacer sentir mal, wacho. Vos me respondiste para el orto, como siempre, ¿y yo te tengo que aguantar? Banca, yo soy tu novio no tu viejo para andar bancandote así, aflojá un toque' negri porque me vas hacer calentar.

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  sin título.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora