Fuimos más que insuperables, más que la nacional quinta el día de vuelta de vacaciones. Éramos inseparables, como la estación de trenes en hora punta.
Juntos convertíamos todo lo que tocábamos en un caos dulce. Transformábamos lo que hacíamos, en un relato de poesía corta.Pasaba las horas esperándote para saltar a tu regazo y volver a saborear tus labios. Me sentaba mirando los minutos pasar pensando en vez de nuevo tu pequeña e imperfecta sonrisa.
Imaginarme cada noche una nueva historia en la que tu y yo, éramos, simple y tontamente felices.
Te esperé, como siempre, en aquel banco de tablones de madera vieja y crujiente rodeado de arbustos fallecidos. Te esperé mirando a aquella floristería nueva donde el escaparate solo habían claveles blancos, tu flor favorita. Te espere mientras compraba un par de flores sabiendo, ilusamente, que te iba a gustar.
Te esperé, pero hasta las flores se acaban marchitando de esperar algo que nunca tuvieron entre sus brazos.
Ahora, cada vez que cruzamos accidentalmente miradas, solo veo pompas de suspiros traicionados, humo de cigarros anhelando antiguos abrazos, orgasmos hundidos en un profundo llanto,y los ojos más brillantes que jamás vi.
Cada pliegue o arruga, cada rincón, cada vuelta de esquina de mi cuerpo seguía teniendo esa mínima necesidad de que me volvieses a tocar.
Estoy cansada de ocultarlo, han pasado años pero te sigo queriendo del derecho y del revés, que ya no se si quererte o dejarte ir.
Como gotas de rocío tras una tormenta hacen carreras entre ellas, sin darse cuenta que no es mejor el que primero llega, como yo intento acercarme a ti, empatamos en lo llamado ignorancia.
Te di mil razones para amarme y una para oxidarme, en cambio tu le ofreciste mil para odiarte y una para amarte; Acabé queriendo más a esos ojos que a mis manos, con las que partió mis caídas. Los vendavales ya me avisaron de que ni yo podría calmar él torbellino de emociones que eres, ni a aquella risa para guardarla en un tarro y poderla admirar cuando lo necesitase.
Si lo ves de este modo, hoy estoy aquí pero mañana, mañana ya no lo se.
Me equivoqué, pero nunca diré que fue un error quererte más a ti que a mi, no diré que fue un error decir que me alegró de que estrés en mi vida. No olvido de que cada vez que me decían tu nombre sonreía.
Tramo negare que me sigue doliendo porque las sonrisas que te salvan son por las que estas sufriendo.
Él amor, ese concepto efímero, es solo un grito al vacío, pero me quedaría afónica por gritar tu nombre cien veces y me quedarían fuerzas para 200 más.
Fuimos más que insuperable, más que la nacional quinta él día de vuelta de vacaciones, bla, bla, bla...
¿Otra vez, la misma historia? De que su te quiero, que su tu a mi no, que si no puedo, que si lloro...
¿Otra vez? ¿En serio?
Yo no puedo estar pendiente de si me necesitas o me dejas de necesitar.
¡Tengo vida fuera de ti y de tus pajas mentales!
Mírame, ahora estoy feliz, no pienso en ti, no me preocupa ni lo más mínimo que pienses de mi.Y mírate a ti, queriendo que yo vuelva a caer en tus brazos, pero ¿para que?
¿Para que vuelvas a ignorarme? ¿A hacerme daño?
Mira para eso vuelve a la cueva de la que vienés maldigo monstruo sin sentimientos, porque yo no voy a aguantar tus idas y venidas.
Soy valiente, o al menos eso me decías cada vez que me querías consolar.
Soy valiente, lo suficiente como para olvidarme y que no me la vuelvas a liar.Sonríe joder, sonríe, que te estoy olvidando.
Pero ahora,
Olvídame tu, para que yo sonría.Me dijiste que harías lo que fuese para verme feliz, pues ahora ten huevos a hacerme feliz.
Ya no eres tan genial, ahora la perfecta soy yo.
Ten huevos,
Que ahora,
La valiente,
Soy yo.
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Recordar(me?)
PoezieNo recuerdo quien era hace unos meses. ¿De verdad las personas cambian, o siempre tiran al monte?