My life, my love, my drive

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Tony siempre supo que a sus treinta y ocho años de vida, había hecho básicamente cualquier cosa (e incluso más) que cualquier otra persona, es decir, no cualquiera se gradúa con honores a los dieciséis años de una prestigiosa universidad, hereda una compañía a los dieciocho, lo secuestran a los veintiocho, crea un reactor de energía, se convierte en un super héroe y salva al mundo incontables veces. Ni que decir de su vida sexual, no se ganó el título de playboy por nada, hombres y mujeres de todas las nacionalidades desfilaban en su cama sin parar desde que se había hecho consciente de su arrollador atractivo, es decir, prácticamente desde los trece.

Sí, definitivamente creía que no había nada que no hubiera hecho ya.

Hasta que conoció a Peter maravilloso Parker.

Ese adorable castaño dueño de sus sueños y pesadillas era único e irremplazable. Tony no entendía cómo podía existir en el planeta alguien tan puro, sincero, amoroso, amable, divertido, tierno, inteligente e irresistiblemente sexy como lo era el chico araña. Definitivamente cuando Peter entró a su vida se dio cuenta de que aquellas experiencias de las cuales se jactaba no estarían ni de cerca de lo que podía llegar a experimentar con el adolescente. Lástima que por sus idioteces ahora se viera privado de todo.

Pero lo iba a solucionar, claro que sí, haría lo que fuera con tal de volver a tener a Peter entre sus brazos.

Incluso si eso significaba hacer gala de toda la paciencia que no tenía, frente a un chico de quince años que lo veía como si quisiera matarlo.

Él podía a soportar eso y más.

Peter lo valía.

-Entonces...-comenzó a hablar el chico para después tomar lentamente del popote su bebida haciendo una pausa dramática digna de película y por supuesto desesperando un poco más a los hombres que estaban frente a él- ¿quieren saber cómo está Peter?

Tony se contuvo de rodar los ojos en su característica mueca de fastidio, esa pregunta ni siquiera tenía tono de pregunta, él lo sabía, Rhodey lo sabía, el tal Fred lo sabía, estaba de más. Era obvio querían saber cómo estaba Peter ¡se lo habían dicho como cinco veces en el tiempo que llevaban con el mocoso! Pero dada su posición en esos momentosno podía, más bien, no debía hacer gala de su famoso cinismo y echar a perder la ayuda del joven regordete que se daba aires de mafioso.

Observó al chico quien no decía una sola palabra mientras seguía comiendo tranquilamente, obviamente en espera de una respuesta por parte de ellos.

Se tragó otro bufido recordando cómo habían llegado a ese punto.

Después de salir del patético estado de ebriedad constante, Rhodey y él habían decido que era momento de tantear terreno antes de que Tony iniciara con el plan: "ponte de rodillas hasta que Peter te perdone y si es necesario te arrastras". Por lo que después de descartar el ir directamente con la Tía del muchacho (ese era el plan "Ruega que May no te refunda en la cárcel o corte las pelotas"), decidieron que lo mejor para saber cómo él podía llegar a hablar con Peter sin que todo fuera un desastre, fue ir con uno de sus mejores amigos.

Ned no sé qué.

Así que llenos de seguridad porque sabían de antemano que aquella misión sería pan comido, porque vamos, Peter les había contado que su amigo era un gran fan de los Avengers, prácticamente besaba el suelo por donde ellos pisaban (aunque realmente qué adolescente no lo hacía), se encaminaron sin un plan elaborado y sólo con su instinto (y ego) en busca del adolescente. Cuando interceptaron al chico este se dirigía rumbo a su hogar y Tony había sonreído con superioridad cuando el más joven se quedó en shock, para después empezar a balbucear y soltar gritillos de emoción al reconocer a los dos héroes.

Believer (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora