ANONYMOUS, jaeden martell !

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— ¡Oye, Mónica! —la llamó Jaeden sonriendo.

—Hola, JaeJae —lo saludó—. ¿Qué pasa?

—Me han estado enviando cartas anónimas —sonreía mientras sostenía una nueva carta que le había llegado esa mañana y no la había leído—. Y quiero saber quién podrá ser —Mónica se tensó.

— ¿Y cómo planeas descubrirlo? —cerró su bolso.

—Quiero que me ayudes —le dijo—. No lo sé, eres mi amiga y creo que eres la única que no me rechazaría en eso.

Amiga.

— ¿Has leído esa carta, al menos? —preguntó tratando de alzar una ceja. Luego miró a Brianna y Wyatt que pasaban por ahí—. ¿No son lindos? Shippeo Wyanna, fin.

—Ehm... No, no la he leído, me la entregaron en la mañana —confesó—. ¿Wyanna?, ¿De dónde sacaste eso?

— ¿Y qué esperas para leerla? —le dijo evadiendo lo que le había dicho después.

Jaeden abrió la carta y comenzó a leerla en voz alta para que ella oyera.

Jaeden de mi corazón.
¿Acaso no estás cansado? Es que pasas todo el día andando en mi cabeza. ¿Sabes? Te comenzaré a cobrar la renta ya que prácticamente vives en mi mente desde que te conocí.

-Una anónima tratando ligar.

Jaeden sonrió al leerla y Mónica lo miró con una sonrisa. La chica amaba cuando Jaeden sonreía ya que eso le alegraba la vida, cuando él sonría: ella se ponía feliz.

— ¿Qué dices? —le preguntó el castaño sin despegar la sonrisa de su rostro.

—Te ayudaré —asintió Mónica—. Le vas a comenzar a mandar cartas tú.

— ¿Cómo sabrá donde se las dejaré?

—Es que gafo no se hace, se nace —rodó los ojos—. Seguramente estará escuchando nuestra conversación, así que desde ahora: se las dejarás en el arbusto que está debajo de la ventana de tu cocina... Y Jaeden —la miró—. Nada de espiar hasta que ella decida decirte quién es, ¿Okey?

El chico asintió.