Capítulo 8

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Leila:

Apenas podía oír la alarma de fondo en mis sueños, no puedo creer que tenga que levantarme tan temprano los sábados de ahora en adelante para ir a una clase de primeros auxilios donde seguro no aprenderé nada. Pareciera que mi madre sólo quiere fastidiarme.

Me levanto de la cama y me dirijo a la ducha, siempre me ayuda a despertarme, me cambio y bajo a la cocina, mama ya esta ahí tomando una taza de café.

Mi desayuno está en la barra, agradezco a mi mama y como rápidamente.

De camino al lugar le que un mensaje a Taylor por cualquier cosa.

Leila: No llegues tarde a la clase.

También le reenvíe la dirección por si acaso.

Taylor no responde, no me sorprendería que se hiciera el chulito llegando antes a toda prisa simulando que me ha esperado por horas, de solo pensarlo volteo los ojos de manera involuntaria.

Cuando llego Taylor no está ahí, la escena que había imaginado desaparece de mi mente y justo en ese momento Taylor llega.

-Creí que llegarías tarde-

-Era mi intecion pero no me había percatado de que el lugar estubiera tan cerca-

-Claro, claro-

Quiero preguntarle sobre su hermano, saber porque se comportó así, pero no quiero ser tan entrometida, cuando le dije a Daniel si realmente había razón por la que se había comportado así con el, me sentí tan mal, de hecho pensé en voz alta y al ver que el hiba a contestarme tuve que callarlo.

-Vamos adentro ya esta por comenzar-

Taylor fue al salón arrastrando los pies.

Una mujer entró a la clase, no demasiado joven pero tampoco tan mayor, supongo que tendrá entre treinta y treinta y cinco años.

Se presentó mientras Taylor no paraba de hacer gestos de aburrimiento y burla, debo admitir que verlo así me causa gracia pero tengo que hacer que se calme.

Luego de una larga introducción, la mujer nos enseña algo sobre el vendaje, apenas tubiemos clase, solo hablo de su vida y nos dejó salir antes por ser el primer día.

-¡Dios! No puedo, con tanta estupides- Taylor se toma del pelo con exageración.

-Es solo una vez a la semana, no siempre, como lo de "ser tu novia"-

-Pero esto es tan aburrido, el "fingir ser mi novia" es mejor, incluso creo que te gusta, ¿no?- Taylor le guiña.

-Es mucho peor, por cierto no eres la gran cosa, sino no tendrías que inventar que tienes una novia-

-Si, claro- se da la vuelta y se va.

Seguro la próxima clase será más entretenida, bueno, eso espero.

Empiezo a caminar hacia mi casa, el recorrido es algo largo pero no demasiado, supongo que tardaré unos quince minutos, el lugar es un punto medio entre la casa de Taylor y la mia, pero su casa esta mas cerca del centro.

-¡Hey! Espera-

Volteo y veo al chico alto y bien peinado, parece que quiere dar la impresión de estar siempre perfecto con el traje y el peinado.

-Hola- Le dirijo una sonrisa y el me la devuelve, algo que a diferencia de su hermano el si hace.

-Disculpa, ¿Donde esta Taylor?-

-Se acaba de ir-

-Es tan imposible- suspira- le dije que pasaría por el-

-¿Te contó sobre la clase?-

-Dejo su teléfono en la cocina y mientras toma algo de café, llego tu mensaje busque la dirección y vi que era un curso de primeros auxilios así que investigue los horarios y decía que saldrían dentro de - Mira su reloj - media hora y pensé que sería un buen gesto venir a traerlo, aunque ahora que lo pienso bien se hubiese enojado.

-Salimos antes por ser primer día, creo que hubiese aceptado, se notaba que le urgía salir de aquí ya-

Daniel sonríe y yo hago lo mismo.

-Bueno... entonces talvez podría dejarte a tu casa, claro, si quieres-

Su sonrisa me parece tan sincera, hubiese preferido ir a pie para no tener que verme las con preguntas sobre Taylor y yo, pero me fue imposible decirle que no.

Acepte con la cabeza y nos subimos al coche.

-¿Donde vives?-

Le di la dirección y un par de pistas sobre lugares cercanos, al parecer no conocía el lugar.

-Bien, aquí a la derecha y listo-

El chico giro para quedar frente a mi casa.

-Lamento tanta vuelta, esque nunca había venido a esta parte de la ciudad-

-Está bien, muchas gracias- de hecho le agradezco por el hecho de que no conociera el lugar porque sino en vez de indicarle a donde ir quizá me hubiera preguntado algo sobre Taylor.

Baje del coche y este desapareció, entre a mi casa y para mi sorpresa Will se encontraba en la sala hablando con mi mama.

-Hola cariño-

-Hola mama-

Will sólo nos mira.

-¿Cómo te fue?-

-Bien- no es cierto, fue tan aburrido pero ahora me es tan natural decir siempre bien.

-Leila, la madre de Will nos trajo este pastel- lo señala.

-Gracias- me dirijo hacia Will.

-Bien, prepararé el almuerzo, Will quédate a comer por favor-

-Me encantaría-

Mi madre sonríe y se dirige a la cocina.

-¿Que haces aquí?- me siento junto a él.

-Sólo vine a dejar el pastel, pero tu madre siempre se pone a hablar conmigo-

No me sorprende, ella siempre habla hasta por los codos.

-Ya- es lo único que se me ocurre decir.

Ambos nos quedamos en silencio hasta que mi madre nos llama a comer.



Fingiendo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora