Todo lo que nunca te diré

Adiós

Yo ya no sé qué hacer para decirte adiós.
Porque no sabes lo que cuesta despedirse de ti.
Eres como una canción pegadiza, pero tú, no duras 2 días como mucho en mi cabeza, no. Tú, tú llevas meses rondando por ella.
Al principio era divertido, ¿no? Hablamos con miedo a decir cosas fuera de tono, por lo que pudiera pensar el otro.
Más adelante vino la comodidad, esas llamadas que tanto me alegraban el día. Las que decíamos "solo 5 minutos" y acababan siendo horas,
y qué horas.
Después...vino el verano. Ahí era todo como muy alboroto. A veces, hablábamos, y a veces no, como si sintiéramos que lo teníamos ya hecho. Y ahí empezó lo malo...
Llegó el olvido, y maldito olvido.
Yo hablé con otros... tú con otras...
En el fondo sabíamos que esas personas no nos llenaban, que éramos nosotros y solo nosotros los que éramos capaces de querernos hasta odiarnos.
Yo nunca había sentido celos de nadie, ¿cómo es posible que me hayan invadido contigo?
Sentir que te pierdo tantas veces. Y cada una más dolorosa que la anterior.
Y aún soy incapaz de decirte un adiós en condiciones. Uno que digas, ya está, esto se ha terminado para siempre. Uno que nos prohiba darnos otra oportunidad, porque sabemos que sería un fracaso.
Pero estoy dispuesta a asumir consecuencias, a pasarlo mal durante un tiempo. Porque solo será un tiempo.
Y mejor un tiempo que toda la vida.
Gracias por enseñarme lo que sí y lo que no. Cuándo, dónde y cómo.
Nos vemos en la vida que viene.
Adiós.