(¿) Se acabó (?)

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Me apetece escribirte y no me voy a privar del gusto de hacerlo, porque seguramente ya habrás dejado de leerme, si es que lo has hecho alguna vez.
He escuchado tu nombre estos últimos días, por eso hoy llueve, acompañan mi estado de ánimo al saber que, ahora, respecto a ti, solo voy a poder escucharte en bocas ajenas.
Ya no te preocupa que me hablen otros y que se interesen por mí, porque sabes (de sobra) que ninguno llegará a tu altura. Y también sabes que no seré capaz de nada mientras tenga tu nombre tatuado a fuego en mi alma.
                           

Todo lo que nunca te diré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora