6.

769 56 17
                                    

– ¿Cómo eres tan buena en esto? – preguntó Emily realmente interesada – sí te apasionara este trabajo sólo imagínate las posibilidades – 

– Gracias, Emily – respondió con una sonrisa manteniendo su vista en el camino. 

– Nunca lo habría descubierto – agregó emocionada, comenzando a admirar laboralmente a Alison Dilaurentis – y tú lo hiciste en... – contó con sus dedos – menos de cinco minutos – 

– Supongo que así fue – respondió un tanto indiferente. No le gustaban mucho las adulaciones – cuando lleguemos necesitaré que sigas el hilo a exactamente todo lo que yo haga – dijo – ¿Entendiste? – 

– Lo que tú digas – asintió llevando el revés de su mano a su frente al estilo militar. Emily sólo le dedicó una pequeña sonrisa sin decir una palabra más hasta que llegaron a la preparatoria.

Al estacionar el auto se dirigieron a la entrada de la institución la cual estaba custodiada por un guardia de seguridad, aquello le pareció interesante a la abogada. 

– Disculpe – sonrió falsamente – ¿Aquí puedo encontrar al entrenador del equipo de futbol? – 

– ¿Se refiere al señor Marcus? – preguntó el hombre educadamente. Alison asintió, ya tenía el nombre de su sospechoso – sí, adelante. Debe estar en la cancha de básquet – dijo antes de indicarles hacia donde tenían que dirigirse. 

– ¿En qué mundo te dejan entrar tan fácilmente a un lugar así? – le susurró Emily mientras caminaban hacia la cancha. 

– ¿En qué mundo sospecharían mal de una cara bonita? – preguntó Camila de vuelta. La mayor le dio la razón tratando de entenderla – quiero que grabes la confesión – 

– ¿Confesión? – preguntó sin entender a lo que Alison sólo asintió entregándole una pequeña grabadora desechable. 

Al llegar a la cancha pudieron visualizar al tal Marcus, un hombre mayor con traje deportivo, incluso tenía una gorra en su cabeza y un silbato colgando de su cuello. Caminaron hacia él ignorando las miradas de los estudiantes que jugaban básquet. 

– ¿Señor Marcus? – preguntó Alison sonriendo falsamente, de nuevo. 

– Soy yo – asintió mirándola. Alison memorizó su rostro. 

– Usted debe ser el entrenador de aquí, verá, mi amiga y yo estamos buscando nuestros trajes de porristas – sonrió sonando inocentemente convencida – ¿No los habrá visto? – 

– ¿Ustedes? – preguntó el hombre analizándolas disimuladamente. La mayor lo notó y se sintió incómoda – ¿Tienen diecisiete años? – preguntó sin poder creerlo, desconfiando un poco. 

– ¿Cómo lo supo? – preguntó fingiendo sorpresa, se lo hacían tan fácil. 

– Nunca las había visto en esta preparatoria – dijo cruzándose de brazos. 

– Eso es porque nosotras no estudiamos aquí precisamente, lo verá por nuestra vestimenta – respondió actuando como una adolescente malcriada, inspirada en Emily – y puede que en el último juego hayamos dejado nuestros uniformes aquí – se encogió de hombros fingiendo vergüenza – estudiamos en la preparatoria del sur – 

– Ya veo – respondió suavemente – de hecho allí será el próximo partido – sonrió acercándose un poco – de hecho el juego es el viernes por la noche ¿Estarán allí? – 

– Oh señor Marcus – respondió Camila – creo que no, no tenemos nuestros uniformes ¿O tú tienes otro, Ashley? – miró a Emily quien sólo negó con su cabeza sin saber qué más hacer. 

Paper Hearts (Adaptación Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora