Parte 3 (?

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— ¿Eh? Pero si esa es...

Estupefacto a lo que presenciaba, tras de pronto recobrar la postura tomo a la niña y la bajo de sus hombros sin dejar de mirar la casa.

Aquella vieja edificación que en lugar de verse vieja y polvorienta se veía totalmente cuidada y recién reparada.
De la ventana que estaba al frente salía algo de luz, signos de que alguien estaba dentro.

— ¡Lizie! ¡Lizie ya debes regresar, se hace tarde!

Una voz femenina se hizo escuchar desde dentro de la casa, llamando con algo de dulzura a la niña.

La puerta de la casa se abrió y de ella salió una mujer de apariencia joven aunque desprendía un ligero toque de madurez.
Ella vestía igual que la niña, portando un vestido blanco de una sola pieza que hacia resaltar el brillante color marrón de su cabeza y el profundo color negro de sus ojos.

— Mami, mami. Liz regreso sola.- grito la niña mientras se encarreraba muy feliz hacia su madre.

— ¡Oh cariño! Pero mira lo sucia que estas. ¿Qué estuviste hacien-

La mujer termino quedando en silencio al mirar a la persona quien acompañaba a su hija.

— Y-Yei. Volviste.

La voz de aquella mujer pareció haberse apagado por un momento, claramente estaba sorprendida, sin embargo no fue de buena manera.

Por otro lado, Yei estaba parado frente a ellas sin moverse y sin decir ni una sola palabra, solo permanecía estático como si se tratase de un espantapájaros.

Solo pudo observar confundido, y herido a aquella mujer por que la se esforzó tantos años, aquella mujer a la que juro amar por siempre, la mujer que más anhelo sosteniendo a una niña que la llamaba madre.

Pero.

¿Cuál era realmente el inconveniente?

Tal vez era la hija de Yei de la que él no estaba enterado.

Una pequeña que aquella mujer recogió y decidió criar debido a su situación.

O puede que incluso, se tratara de un milagro donde ella quedo embarazada por su gran amor, a pesar de que nunca estuvieron juntos todos esos años.

Obviamente esta última situación solo la creería un idiota.

Y si bien Yei podía en ocasiones ser tan tonto como cualquier otro hombre cuando está enamorado, él no podría ser esa clase de idiota.

— Si. Acabo de regresar. Annie.

Como si fuera debido a un reflejo el intento acercarse hacia ellas, sin pensar en nada más.

— ¿Lo conoces mami?

Sin embargo al escuchar esas palabras se detuvo, como si se hubiese despertado por haber recibido una bofetada.
En su lugar, miro a la pequeña a la cual no distinguió realmente por andar en sus delirios.

La pequeña Liz era idéntica a su madre salvo por el tono de color de su cabello el cual era un poco más oscuro, un color que Yei ya había visto antes.

— ¿Qué sucede Annie?

Mientras Yei estaba batallando en su mente con toda la información que estaba recibiendo, un sujeto salió de aquella casa.

Un tipo alto y esbelto, sus ojos de color arena los cuales junto con el color de cabello que tenía, eran idénticos al de la pequeña.

Cuando ambos se miraron el ambiente se volvió aún más tenso. Durante unos segundos ninguno hizo un movimiento o sonido, simplemente se veían estupefactos entre sí.

El invaluable rango C... ¿Quiere una vida tranquila?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora