❝¡No me ignores!❞ •━ ✽Kamumatsu ✽ ━•

Capítulo único

Adjunto sus pálidos labios rosados a su pajita de jugo de fresa, absorbiendo
aquel líquido rosado, tomo con delicadeza su pañuelo blanco, y los poso en sus labios para secarlos, al dejar todo en la mesa mostró atención en su compañero de clase, Kamukura Izuru, que parecía no tener interés en nada, escribió con  su fibra color celeste pastel un pequeño saludo. Separando suavemente la hoja del cuaderno, decidió dársela, asique la deslizó dejando ver su mano blanca junto con sus uñas pintadas de color rosa con pequeños puntos negros.

Este al notar que había un papel en su mesa a cortesía de su hermosa compañera, decidió inspeccionar lo que aquella nota decía, cuando leyó un "Hola" y abajo un corazón lo vio como un mensaje irrelevante y lanzó el papel al tacho de basura demostrando su falta de simpatía.
Decepcionada por el hecho de que su idea había fallado, buscó una nueva inspiración para socializar con el individuo.

Con una iluminación de bombilla se le ocurrió otra manera, tocando con su dedo el brazo de su compañero para llamar su atención, extendió su jugo preguntando si el también ansiaba probar aquel delicioso sabor a fresa, sus ojos carmesí como la sangre posaron su atención en ella unos segundos para a continuación volverla a ignorar. La de cabello rubio se vio un poco frustrada por la actitud de este, dejando su jugo nuevamente en la mesa, inflo sus mejillas  mostrando su furia en aquella expresión facial, el mayor no pudo evitar no ver a la tierna pianista golpeando de manera débil su propio pupitre con los puños e inflando los mofletes de esa manera tan dulce.

Dejando escapar un leve suspiro, caminó hacía ella para colocar sus frías manos encima de las mejillas de la femenina, en un movimiento rápido apretó las mejillas de esta dejando salir todo el aire acumulado y volvió a su asiento, Kaede llevo sus manos hacia su cara donde antes el mayor había posado sus manos, con un cierto sonrojo comenzó a jugar con un pequeño mechón de su cabello corto.

— ¡Aaaaahhh! — Dejo escapar un grito de frustración para luego rodear el alto cuerpo de Kamukura con sus brazos — ¡Déjese querer!

— No me soltaras ¿verdad? — Preguntó con su tono neutro de siempre

— ¡Nop!

Con ternura, le regalo una sonrisa con sus mejillas sonrojadas y sus ojos púrpura brillosos que parecían gritar ¡Mirame! Sin comprenderlo Izuru sentía ganas de comerla a besos, con cierta vergüenza, el de traje miro hacia otro lugar y dejo que sus dedos pasearan por el cabello rubio y corto de la pianista.