Reflexión

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Entré en casa. Todas las cajas estaban dentro, perece ser que al final mi padre se había encargado de toda la mudanza. Me sentí mal por el.

Caminé hacia la primera habitación que había en el pasillo. Dentro estaba mi padre comiendo unos espaguetis precanlentados.

-Llegas tarde Noah, ¿Donde has estado? No has respondido a mis mensajes.

Miré a mi padre. No tenía ánimos de discutir con el. Mi moral por los suelos en este mismo momento. Tampoco tenía ganas de hablar de Bianca.

-Lo siento, me encontré a unos viejos amigos y me entretuve con ellos. -Técnicamente era verdad.

El soltó un suspiro y señaló que me sentara.

-La próxima vez simplemente avisame o contesta a mis llamadas. No me metas sustos de más. Y ni se te ocurra escaquearte cuando venga el camión de la mudanza. Nos cesito ayuda para el cargamento.

Asentí automáticamente.

-¿Tienes hambre? Hay espaguetis a la boloñesa.

-No gracias. No tengo hambre, habre comido demasiado a la hora de irnos... -Me excusé.

La verdad, todo el asunto de Bianca me había dejado agotado, ahora simplemente quería descansar...

Caminé hacia mi futura habitación. Por el momento solo tenía un saco de dormir. Los muebles no habían llegado.

Me siento encima del saco y comienzo a indagar por internet en busca de alguna noticia de Bianca. Ni una sola pista de su muerte, aunque no me extrañaba un accidente de coche es algo bastante común. Algo así no interesaría a la prensa. Dejé mi teléfono a un lado y me dediqué a dar vueltas intentando conciliar el sueño. Sabía que si no dormía bien luego despertaría con mal humor. Yo era asi. Suspiré alborotando mechones de mi cabello.

Decidí tomar el aire. Ya que no iba a dormir en toda la noche devería hacer algo productivo ¿no? Si, quizás la muerte de Bianca me estuviera afectando al celebro pero, de verdad, necesitaba quitarme esta terrible sensación de ansiedad. Me recordaba ciertas cosas, como James y su sonrisa patética, o cuando Bianca me dejaba atrás... Eso realmente dolía. No se me daba bien hacer amigos, de hecho era un introvertido a quien no le gustaba salir de casa. Prefería pasar las tardes jugando con mis jueguetes e inventarme aventuras imaginarias junto a Bianca o yo solo. Pero no siempre fui asi, antes me relacionaba como cualquier niño, pero no se como fui perdiendo amistades. Dejaron de hacer cosas simples como invitarme a juegos. Al principio asustaba, porque la soledad era algo muy amargo. Pero supongo que uno se acaba acostumbrando hasta el punto que no quieres salir de la rutina, pero por alguna extraña razón seguía teniendo esa sensación de rechazado. Pero Bianca estuvo conmigo simpre. Se puede decir que ella es lo único que no ha cambiado hasta ahora, y ahora se ha ido.

Tome aire y exalé intentando calmar mi confusa mente. Todo esto era tan... Complicado. Me hundí entre las sábanas del saco, y al cabo de un largo tiempo mirando al techo me quedé dormido.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2020 ⏰

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Adiós, BiancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora