The Deamon

Capitulo 1

No podía esperar de la impaciencia, un nuevo colegio, un nuevo comienzo ..... bla, bla, bla, no puedo entender cómo alguien puede pensar que ese es bueno, toda mi infancia he ido a una colegio privado en la zona alta de la ciudad, todos uniformados.

Eso la pagaba mi abuela que creía que mi educación era lo mas importante, pero lamentablemente ella falleció en verano, y el dinero para mi educación se acabo, ahora solo me queda una herencia que mi padrastro esta malgastando... solo me queda un maldito año para tenerla espero que me quede algo para entonces.

He de cursar segundo de Bachillerato en uno de los barrios mas pobres de la ciudad, un colegio público medio derruido, lo peor no creo que sea eso, si no los "compañeros" a los cuales no conozco y sus prejuicios hacia mi deven ser de lo mas variopintos.

Suspiro ya lista par mi primer día, me miro al espejo comprobando que todo esta en sus sitio, mi jersey de manga larga y cuello alto de un tono beige esta sin una arruga, mi tejano azul oscuro sin manchas y mis botas negras también limpias, con un suspiro me coloco mi chaqueta roja, que me hace juego con mi cabello de un rojo oscuro mas parecido a granate que a peli-rojo, pongo mi bolsa en mi hombro y salgo de casa antes de que mi padrastro se despierte, tengo unos 20 minutos andando, así que coloco los cascos en mis oídos y ando escuchando Avicii.

El trayecto se me hace más corto de lo esperado y el instituto aparece al final de la calle, una bola de nervios se instala en la boca de mi estomago, provocando que mire al suelo con timidez.

En la entrada, veo a los estudiantes en sus grupos habituales hablando, riendo, bromeando... como si tuviera una sirena en mi cabeza enseguida la gente empieza a mirar hacia mi, sus cabezas van girando una por una, y enseguida empiezan los murmullos, los nervios aumentan, y los oídos se me tapan un poco, solo escucho mi corazón latiendo con fuerza.

los más rápido que puedo sin correr, entro en el instituto, aunque no se si es mejor que fuera pues aun esta mas lleno y yo soy mas evidente, miro un poco hacia arriba observando uno de mis mechones de pelo rojos caer por mi frente, creo que es mi maldito color de pelo, que no podría llamar mas la atención.

Suspirando, me dirijo a la secretaria entre risas y miradas. Entrar en la secretaria es un alivio la verdad.

-Buenos días- murmuro con un hilo de voz, a una mujer mayor detrás de un mostrador, su cabello gris es rizado y sus gafas negras de pasta están apoyadas en la punta de su nariz, sus ojos marrones y cansados me miran, momentáneamente por encima del mostrador. Ella no contesta así que vuelvo ha hablar - soy nueva en el instituto, vengo a por mi horario y mi número de taquilla- le digo con una pequeña sonrisa.

-¿Nombre?- pregunta la mujer con una cara de fastidio y cansancio.

-Thea Shails- ella parece buscar entre sus papeles hasta que al final saca un par de ellos.

-Tu horario- me entrega un folio- y firma aquí conforme te entregado el numero de taquilla y la mantendrás en perfecto estado- asiento y firmo el papel, después me entrega otro papel con la información de la taquilla.

-gracias- murmuro, por ella ya no me presta atención así que suspirando de nuevo salgo de la oficina en busca de mi nueva taquilla.

Recorro los pasillos hasta que la encuentro, la gente empieza a dispersarse por lo que sé que se me acaba el tiempo,  dejo mis cosas en la taquilla, libros, chaqueta, todo menos mi cuaderno y el libro de historia que es lo que me toca ahora y el estuche claro.

Enseguida corro para llegar a mi clase, cuando veo la puerta, el profesor la cierra en mis narices, llamo con suavidad y el vuelve a abrir, me mira de arriba a abajo y sonríe.

-vaya no hace falta que te pregunte la excusa, pasa nueva- murmurar es un chico joven, quizás parece demasiado cercano o solo es una intuición.

Enseguida miro la clase que me devuelve la mirada, las chicas me juzgan con la mirada, los hombres se ríen o lanzan miradas lascivas y al fondo... no puedo dejar de observarle, la respiración se me corta por un momento, un chico alto, musculoso, lleva una chaqueta de cuero negra, su cabellos es negro y sus ojos los más verdes que he visto nunca, sus facciones no pueden ser mas definidas, su mandíbula cuadrada, su nariz recta... salgo de mi ensoñación y con las mejillas sonrojadas me siento en la primera fila, los único asientos libres.

Después de las clases, voy a mi taquilla para recoger mis cosas cuando una chica choca conmigo, sus libros y hojas caen al suelo y enseguida me agacho a recogerlo.

-Lo siento- murmuro con una sonrisa, pero su cara no dice lo mismo, esta enfadada.

-¡Aparta zorra!- me empuja contra las taquillas, y me quedo sentada en el suelo - no toques mis cosas, pija de mierda-

Enseguida recoge sus cosas y se va, yo alzo mi mirada para ver al chico de ojos verdes rodeado de su grupo, con una sonrisa en los labios.

-pensaba que las pijas no recogían basura- me grita desde donde esta.

-¿y por qué piensas eso?- le pregunto levantándomelo y abriendo mi taquilla

-sois demasiado finas, te podrías romper una uña- su sonrisa se amplia y yo le fulmino en la mirada

-No sabes nada de mi- gruño mientras me pongo mi abrigo, él se encoge de hombros da media vuelta y se va, con su grupo detrás.

Estúpido... gruño para mí mientras cojo mis cosas y salgo rápido del instituto, menudo asco de primer día.

Llego a casa y todo esta muy oscuro, ¿aun no se ha despertado? una sensación de alivio me invade, corro a mi habitación, pero una sombra me golpea la mejilla y caigo al suelo.

-Puta!- grita la sombra -¡¿dónde estabas?!- golpea mis costillas con una fuerte patada, un grito se escapa de mi pulmones y no puedo respirar.

-Jim, solo he ido a clase, lo juro- digo como puedo, dios... he sido precavida siempre, ¿cómo me ha podido pasar?, su risa histérica llena el pasillo.

-claro, Zorra mentirosa- el olor a alcohol que suelta me dice que esta fuera de sí de nuevo, apesta.

-por favor- gruño, otra patada en la cadera, y entonces se desequilibra y cae, es mi oportunidad, avanzo a mi habitación a gatas y me encierro con el pestillo, que instale ya hace tiempo, el corazón me late muy rápido, no puedo casi respirar, mientras Jim golpea mi puerta, dos lagrimas caen por mis mejillas, dios... que puedo hacer.