Capítulo 2. "Lo que pasó esa noche"

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Una semana después...

Me encontraba en mí habitación observando a la nada, pensando en todo lo que había pasado durante los últimos días.

Primero está la muerte de Alejandro, más bien el asesinato de Alejandro, sí, eso fue, un asesinato.

Ese día tras descubrir el cadáver de mí mejor amigo en mi cocina, llamamos a la policía luego de intentar reanimarlo. Fue inútil, él ya había muerto, a los pocos minutos la policía llegó y se llevaron el cuerpo.

La cerradura de mi casa estaba forzada, así que todo fue catalogado como un robo con violencia. Una ida que tienen los policías sobre lo que paso es que los ladrones al ver a Alejandro dentro de la casa, quizá le quisieron robar lo que llevaba encima, su celular y dinero, él opuso resistencia y lo golpearon dos veces en la cabeza, con el bat de beisbol que estaba a un costado de su cuerpo.

He venido rememorando eso desde ese día, hoy regresamos a la escuela, he hablado muy poco con Melanie desde aquella noche, literal solamente unos minutos y eso fue ayer. Cuando todo pasó, mis padres me llevaron a pasar la última semana de vacaciones a casa de mis abuelos, y hasta ayer por la noche regresamos.

Tomé mi mochila de la silla que se encontraba en un rincón de mi habitación al momento en que escuché el auto de Melanie aparcar afuera, me observé en el espejo antes de salir, me miraba cansado, para ser sincero, no he dormido bien los últimos días.

—¡Ya voy! —grité cuando Mel continuó tocando el claxon repetidas veces, salí de casa y ahí estaba en su auto color gris oscuro, ella se miraba mucho mejor que yo.

Conforme iba avanzando hasta el auto, escuché que azotaron una puerta, era en la casa de al lado, al girarme a ver, como buen curioso, me percate que un chico supongo que, de nuestra edad, iba saliendo con su mochila colgada en su hombro.

Oh cierto, mamá me había contado que teníamos nuevos vecinos, desde hace más de una semana.

—¡Dios, Dylan! Date prisa, vamos tarde eh.

Entré al auto, en la parte trasera. Automáticamente al sentarme, recordé aquella noche, que, aunque estaba ebrio, puedo recordar perfectamente, estábamos hablando de lo que habíamos hecho en la noche, luego terminé vomitando con mi cabeza fuera del auto.

—¿Estás bien, Dylan?

Levanté mi vista hasta Melanie, quien me miraba por el retrovisor, yo solo asentí y le di una leve sonrisa, en la parte del copiloto iba Pablo con el celular en sus manos.

—Gabriela dijo que nos vería allá —dijo Pablo sin apartar la vista de su celular.

Melanie arrancó, y en unos pocos minutos ya estábamos llegando a la escuela, vamos a la preparatoria de la ciudad, estamos en penúltimo año. Melanie, Pablo, Gabriela conforman mi grupo de amigos, Alejandro solía estar.

Bajamos del auto, y nos dirigimos hasta el salón de clase, ciertamente no quería prestarle atención a las miradas curiosas que nos llegaban a los cuatro.

—¡Oigan! —gritaron detrás de nosotros, por instinto todos nos giramos para encontrarnos a Erick con una mirada de confusión. —Quiero que me cuenten todo lo que pasó hace una semana, la curiosidad me está matando.

—Claro que no —dijo Melanie rápidamente.

Erick miró a Pablo, quien negó con la cabeza, luego a Gabriela, ella imitó a Pablo, luego su mirada se detuvo en mí.

—No lo haré, Erick.

Me di la vuelta para entrar al salón, tomé asiento hasta los últimos lugares, junto a mí se sentó Mel, detrás Gaby y enfrente, Pablo.

—Erick es un imbécil —dijo Gabriela molesta.

—Lo es —dije recordando nuevamente esa noche, cuando le entregué las llaves a Alejandro para que se adelantará a abrir la puerta. —No pienso contar lo que vi, me ha sido difícil estos días, y lo mínimo que quiero es recordarlo.

El profesor entró al aula, unos segundos después el mismo chico al que había visto afuera de casa, mi nuevo vecino, también entró.

Antes de que él pudiera tomar asiento, el profesor lo detuvo.

—Parece que tenemos un nuevo alumno, ¿Cómo se llama, joven?

—Me llamo Jonathan Smith.

—Excelente. Bienvenido a la escuela, Jonathan, toma asiento.

Y si, él vino a sentarse donde Alejandro solía hacerlo, nadie dijo nada, nadie lo miro, excepto nosotros, se me hacía raro solamente, tampoco es como que fuera a decirle que se quitará porque mi amigo muerto solía sentarse ahí, no, no lo haré.

Las clases pasaron normales, todo aburrido, debo admitir que hablé muy poco con mis propios amigos, cada uno hacía algo distinto, Pablo en su celular, lo cual no es raro, es normal, Melanie hablaba con Jude, lo cual, si era raro, y solo me quedaba Gabriela con la quien intercambiaba una qué otra conversación.

—Te fuiste por una semana —dijo Gaby mientras se acercaba un poco más a mí, para que nadie la fuera a escuchar. —Mel está molesta contigo, por dejarla sola cuando más te necesitaba, todos te necesitábamos, debíamos estar juntos, y tú simplemente te fuiste sin siquiera decir adiós.

—Perdón, pero todo fue mucho para mí, solo quise escapar y sentirme mejor, no podía sacarme la imagen de Alejandro en mi cocina, con toda esa sangre debajo de su cabeza.

—Melanie tampoco —interrumpió Pablo dejando su celular en mi silla. —La dejaste sola.

Giré mi vista hasta donde ella estaba, platicaba tranquilamente con Jude.

—¿Qué hace hablando con ella? —pregunté confundido, no es que ellas fueran unidas antes, ahora parece que sí.

—Melanie está comprándole pastillas para dormir, ahora son las mejores amigas, ¿No te contó? —Pablo tomó su celular, cuando esté comenzó a vibrar.

Negué con la cabeza.

—Hablamos un poco ayer por la noche, no me mencionó nada, solo me preguntó si iba a regresar.

El celular de Pablo otra vez comenzó a vibrar, él se puso de pie y se dirigió a la salida del salón.

—¿Pablo también usa drogas para dormir o por qué tan sospechoso?

—Ese si no me dice nada, está así de raro desde la fiesta, no tengo la menor idea de que esconde, pero está charlando mucho con alguien, todo el tiempo.

Asentí al recordar lo metido que estaba en su celular desde que veníamos en el auto.

El timbre de salida sonó, tomé mis cosas más la mochila de Pablo y salimos de la clase, fuera le entregué sus cosas, y se despidió de nosotros, tan solo dijo que tenía cosas que hacer.

Melanie de igual manera se despidió de nosotros, así que solo quedamos Gaby y yo.

—Parece que Alejandro nos mantenía unidos, ¿No crees?

—Si, y ahora que no está, nuestro pequeño grupo está colapsando.

Salimos de la escuela, Gaby recibió una llamada de su madre, y separamos caminos, por lo cual me tocó regresar solo.

Debo disculparme con Melanie por abandonarla cuando estaba mal, nuestro mejor amigo había muerto y yo solo me fui.

Mientras caminaba, dándole vueltas al asunto de Melanie, mi celular comenzó a vibrar, era un mensaje.

Desconocido:
"Hola Dylan, yo sé todo lo que pasó hace una semana en la cocina de tu casa, yo estuve ahí, y quiero confesarlo todo, pero tienes que jurarme que no terminaré en la cárcel."


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Espero les haya gustado. :3

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