"Saeyoung Choi, ¿que podría esperar decir de ti? Esos ojos bonitos, esos labios rosados, esa nariz pequeña, esa sonrisa calida, ese cabello rojizo, eres perfecto.
Porque cada uno de tus defectos y marcas te hacen perfecto.
No necesito que seas alto, delgado o siquiera que seas de diferente manera.
Tu forma de ser, esa forma tan peculiar me hizo feliz, esa manera que solo tu tienes de hacerme sentir, es lo mejor que he sentido en toda mi vida.
Me siento tan vivo a tu lado, siento una calidez increíble al sostenerte, me siento amado, me siento necesitado, siento que si es por ti, estaría una eternidad esperando por ti.
Mi corazón ya no lo siento como mio, es como si me lo hubiese robado, y la verdad no me molesta. Porque no quiero que nadie que no seas tu, lo tenga, porque nadie más que tu se gano mi corazón.
Oh Saeyoung, ¿por que eres tan hermoso? Mis ojos estan maravillados con lo precioso que eres.
Eres el único ser en esta tierra que podría hacerme feliz de esta manera, el único que logra hacerme un tonto enamorado, un tonto que daría lo que fuese porque sonrieras.
Yo, Jumin Han, soy un tonto que te ama."
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El cielo estaba nublado, se notaba bastante que llovería, eso daba más señal de que no saldría de aquí pronto. Necesitaba irme, algo en mi interior me decía que debía apurarme, que Saeyoung me necesitaba.
Después de todo, yo era lo único cercano a él que le quedaba con vida. Saeran había muerto unas semanas antes, en un arrebato de pánico por el hecho de que Mc le había dejado por Yoosung.
Era bastante peculiar que Saeyoung no me haya hablado en todo el día ¿Estará dormido? Eso quisiera creer.
Quizá parecía obsesionado, pero no podía evitar ponerme nervioso, mi corazón quería dar un salto, estaba seguro de que algo andaba mal.
Era curioso el hecho de que el mismo día que me he confesado, tenía que pasar todo esto. Ya de por si era difícil hablar con Saeyoung sobre estás cosas, ahora era peor, se veía tan quebrado, tan vacío.
Extrañamente cada que le miraba a los ojos comenzaba a temblar y lloraba, no comía, con ruidos altos se ponía nervioso, en las noches no dormía por llorar, he incluso tuvimos que llegar al punto de que viva en mi casa para que pueda saber que hace, porque la última vez que lo dejé unos días solo terminó lleno de cortes en su cuerpo.
"Señor Han, ¿Está bien? ¿No necesita ir al hospital? Lo veo muy pálido..." Dijo mi asistente con una mirada de preocupación.
Tenía razón, igual eso servia de excusa para irme.
"La verdad me encuentro algo enfermo, creo que me iré temprano. De hecho, intentaré ir ahora, por lo que le pido que cancele las juntas que tenía." Contesté tomando mis cosas con el plan de irme.
