eres mi debilidad | yoonmin

25. Oficial..

6 meses después

-Te dije que doblaras en la anterior, nunca me haces caso- Tae se arrinconó en el asiento de atrás, haciendo un puchero

Nos dirigiamos a la inauguración de una discoteca en el centro de Seoul, Suga habia estado dando las indicaciones mientras Taehyung gritaba que no tenía razón. Con Suga de GPS, terminamos dando mas vueltas que una calesita, asi que ahora Taehyung estaba dando las indicaciones pero Nam, no quería hacerle caso, quería hacerlo enojar un rato

-Hyung, el lugar es a la vuelta- Nam me miró por el retrovisor

-Eso quiere decir que tengo que hacer dos cuadras más, doblar y volver tres cuadras- asentí conteniendo la risa, Taehyung estaba con la boca abierta mirando a Nam, ofendido por haberme escuchado a mi y no a el -Todo es tu culpa Kim-

-¿¡QUE!?- todos soltamos la risa por la exageración de Taehyung

-Tranquilo bebe, queriamos hacerte enojar- Jungkook acarició su cabeza

-Imbéciles...-

•◇•◇•◇•◇•◇•

-Un bloody mary por favor-

-¿Es encerio?- lo miré confundido

-¿Que? el tomate le da el toque especial-

-Sos un asco- Suga rió de una manera que me causó escalofrios. Se acercó a mi oreja, pegando sus labios, suspiré al tacto

-No decis lo mismo cuando estamos en la cama- susurró

-Suga- lo alejé -cállate- rió a carcajadas

-Sabes que tengo razón- negué con la cabeza mientras el seguía riendo de mi reacción

-Eres un idiota-

Suga tomó la bebida que le habían entregado de un sorbo, dejó su vaso en la barra y tomó mi cintura, atrayendome hacia él

-Amas a este idiota- sonreí y planté un casto beso en sus labios

Sonreí, porque tenía razón, lo amaba demasiado. ¿Quién diría que Suga y yo terminaríamos juntos? Porque sí, dentro de unos minutos estabamos por cumplir tres meses desde que nos comprometimos a ser definitivamente una pareja. Cuando le contamos lo de nosotros a los chicos no lo podían creer, pero se pusieron tan felices que empezaron a gritar y saltar alrededor de nosotros como niños pequeños, no sé ni en que momento Jin sacó una lata de serpentina que mágicamente apareció en mi casa, y empezó a tirar por encima de todos nosotros, nuestros amigos son todo unos loquillos.

Juro que fue uno de los mejores días, Suga me había invitado a tomar un helado al día siguiente ya que tenia que decirme algo importante, gracias a él no pude dormir en toda la puta noche imaginando que carajos me iba a decir, me hice hasta las peores ideas que llegué a llorar, si, soy asi de maricón, pero me calmaba cuando pensaba en lo bien que estábamos y que no podía ser nada malo.

No soy puntual para absolutamente nada, pero ese día estuve en la heladería veinte minutos antes.

Veinte.
Minutos.
ANTES.