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El azabache caminaba por la nueva guarida de la Liga de los Villanos. Después del fallido "secuestro" de Bakugou y la pérdida de All for One, mantenerse en la sombra se había vuelto una tarea aún más complicada.

Dabi estaba hastiado. No hacían nada realmente útil, solo sobrevivían mientras los héroes les pisaban los talones. Y, para colmo, tenía que lidiar con Hawks, el héroe número dos. Sabía perfectamente que era un agente doble, pero lo dejaba jugar a su juego. Fingían que confiaban el uno en el otro, una pantomima que se sostenía sobre un fino hilo de cinismo y conveniencia.

Y luego estaba él. Endeavor.

Ver a Todoroki Enji en la televisión, ostentando el título de Héroe Número Uno, le revolvía el estómago. De todos los héroes que existían, cualquiera sería mejor que ese hombre.

Al cruzar la sala, le arrebató el control remoto a quienquiera que lo sostuviera y apagó la televisión sin previo aviso.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —canturreó Himiko Toga, acercándose con su característico tono juguetón. Sus ojos brillaban con curiosidad mientras intentaba recuperar el mando.

—No deberías ver esa basura. Al final, te volverás más retrasada de lo que ya eres —soltó Dabi con su usual apatía.

Toga rió, sin molestarse en lo más mínimo por el insulto. Un leve rubor tiñó sus mejillas, emocionada.

—¿Qué te pasa con Endeavor? —provocó—. ¿Acaso le tienes miedo?

Dabi chasqueó la lengua, pero no mordió el anzuelo.

—Eso es una estupidez. Ese hombre no merece ni el aire que respira.

Reanudó su camino, intentando ignorarla, pero la rubia no estaba dispuesta a dejarlo ir tan fácil.

—Te vi el día que hablaste con él... ¿crees que puedes engañarme?

Su sonrisa se ensanchó, y el rubor en sus mejillas, lejos de parecer vergüenza, la hacía ver aún más desequilibrada.

Dabi se detuvo en seco y giró sobre sus talones, clavando en ella una mirada gélida. Era irritante lo perspicaz que podía llegar a ser cuando se lo proponía.

Por primera vez en mucho tiempo, Himiko sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. No lo admitiría jamás, claro. Para distraerlo, encendió la televisión de nuevo.

La voz de Endeavor retumbó en la sala.

—¿Sus hijos están siguiendo sus pasos? ¿Se ocupa de instruirlos?

—Mis hijos son ajenos a mis logros —respondió el héroe con frialdad—. Aunque actualmente entreno al menor de ellos.

Dabi se tensó. Solo su voz bastaba para hacerle hervir la sangre.

—¿Es cierto que su hijo mayor huyó de casa?

La pregunta rompió el aire como un cuchillo.

—Dudo que eso sea de su incumbencia —respondió Endeavor, tajante.

—Entonces, ¿es verdad que su primer hijo los abandonó?

Un silencio incómodo se prolongó antes de que el entrevistador volviera a insistir.

—No fue un abandono. Fue un alivi...

La pantalla se apagó de golpe. No, se consumió en llamas.

Dabi había alzado el brazo y, sin pensarlo dos veces, atravesó el televisor con su fuego azul. El olor a plástico quemado invadió la estancia.

—Tú eres Touya Todoroki, ¿no es así?

La voz de Toga cortó el aire como un disparo. No había dulzura en su tono esta vez, solo certeza.

Dabi se giró lentamente hacia ella. Su expresión era ilegible, pero el fuego seguía ardiendo en sus manos, reflejándose en sus ojos gélidos.

—Métete en tus propios asuntos —gruñó—. No tengo nada que decirle a alguien que solo finge ser quien no es.

Himiko parpadeó, sorprendida. No por sus palabras, sino por el peso que cargaban. Dabi casi nunca levantaba la voz... y ahora lo había hecho.

Antes de que pudiera responder, él se giró sobre sus talones y salió de la sala con un portazo.

El eco de su furia resonó en el aire.

La sonrisa de Toga se desdibujó poco a poco. Se quedó allí, de pie, mirando la televisión destrozada.

Fingir...

Sí. Era agotador fingir.

Siempre lo había hecho, porque era la única manera de encajar en el mundo. Para ella, esto—la Liga, la sangre, el caos—era lo que quería. ¿No?

Entonces, ¿por qué sentía este vacío dentro?

¿Por qué, por un instante, había sentido que entendía lo que pasaba por la mente de Dabi?

Estaban rotos.

Ambos.

𝐵𝑙𝑢𝑒 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora