Flor roja

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Ropas finas, un rostro libre de cicatrices, siendo un noble, es como vivía.

Atrapado en mi propia cárcel. Un día me pregunté "¿Algún día tendré una razón para vivir?"

A los lejos de mi ventana, en un jardín llenos de flores. Crecía una flor roja de vivido color. Una figura alta y imponente, sonrió viéndola.

Es ahí, cuando respondí a mi pregunta.

Días pasaron, la luna brillaba y en un cómodo paseo. Aquella figura volví ver.
Por primera vez ví su rostro, herido por las batallas, pero de bondadoso corazón.

Las flores rojas, se marchitan. El tiempo retumba en el olvido. Pero, un encuentro más fue suficiente.

Las ropas finas dejé de lado, deshonrando el nombre de mi familia. Expulsado, fui a su lado.

La crueles batallas seguían, si quería también protegerlo. Dejé que mi cuerpo sea herido, protegiendo mi vida y la de él.

Años de incertidumbre, de hambruna, pero nunca de tristeza.

El odio nunca se olvida, la vergüenza que nunca sentí, mi familia tampoco olvidó. No tuvo caso huir, ¿por qué la maldad siempre persistirá?

Separado de él, entre engaños, fuí devuelto de donde decidí olvidar.

Cubriéndome en tristeza, embriagándome en mi dolor. La cúspide de la tragedia llegó, ¿qué hacer cuando ves el cuerpo de quien amas inerte?

Mi inicial pregunta fue destruida.

Así que sólo pediré un deseo, antes de irme a su lado.

Cuando vuelva aparecer en este mundo, quiero nacer libre. Y ver aquella amable figura, viendo aquella flor roja, una vez más.

•Canciones del alma•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora