Llovía esa noche, la ciudad estaba vacía y Emilio caminaba por la calle, la lluvia disfrazaba sus lágrimas ya no podía mas, los problemas y el rechazo de las personas ya habían quebrantado su espíritu. Ya no encontraba fuerza ni motivación para seguir viviendo, caminaba hasta que llegó al puente en el que había decidido terminar con todo.
Subió el barandal y no lo pensó dos veces se lanzo...
En ese momento desde el cielo un ángel lo veía, anteriormente ya había estado observándolo, había visto su sufrir y había intentado ayudarlo pero en el cielo las cosas tenían un orden y una
manera de hacerse y por más que el quisiera no era el ángel asignado a cuidarlo.Joaquín, el ángel no lo pensó dos veces y acudió al rescate alcanzo a Emilio justo a punto de tocar el suelo, el chico se desmayó y no alcanzo a ver que el ángel lo salvaba, despertó en su habitación
sin saber porque no estaba muerto pero sabía que algo tenía que hacer en la vida para seguir vivo.Por otro lado Joaquín fue llamado ante su padre por la falta que había cometido, había desobedecido una de las principales reglas, no había sido cuidadoso y se había mostrado a un humano. Afortunadamente el chico no había reconocido al ángel pero aún así la regla se había roto.
Joaquín no pudo más que agachar la cabeza y oír el regaño, pensó que sólo sería eso, era el ángel consentido así que pensó que saldría ileso cuál fue su sorpresa cuando su padre le dijo que había un fuerte castigo por la falta cometida tendría que asegurarse que el humano al que había salvado se mantuviera así, había cambiado el rumbo de las cosas al salvar un alma que ya no debía estar en la tierra.
Le fueron retiradas sus alas y fue enviado a la tierra, mantendría algunos de sus dones pero tendría que hacerse cargo de la protección de un humano, Joaquín estaba sumido en sus pensamientos, la misión no iba a ser fácil. Para empezar cómo iba a encontrar al humano sin sus dones, anteriormente solo hubiese subido a las nubes y con su vista especial lo hubiese ubicado.
A demás empezaba a sentir algo que nunca había sentido, su estómago empezó a indicarle que necesitaba ser alimentado ¿Cómo los humanos conseguían saciar esa necesidad? Siguió caminando hasta que llegó a una calle muy concurrida y comenzó a percibir un aroma nuevo, para un ser humano común y corriente el aroma de un hamburguesa no era algo del otro mundo pero para él era una nueva experiencia, se acercó al local y solo atino a imitar a las personas. Levantó la mano y grito — ¡Una con todo! — al parecer funcionó porque al poco tiempo le entregaron un plato con una combinación que él nunca se habría imaginado ver junta.
Comenzó a probarlo y lo que pasó en su boca lo saco de balance, esos sabores en su paladar le generaban un gran placer, fue cuando entendió el pecado de gula. Siguió comiendo y comiendo, pronto terminó una hamburguesa y pidió otra y luego otra. La gente se le quedaba viendo y cuando ya no podía más dejo el plato sobre el descanso y se dio la media vuelta.
Chico: — ¡Oye, no te puedes ir sin pagar! —
Joaquín: — ¿Pagar? ¿Qué es eso? —
Chico: — ¡No te quieras hacer el listo! Tienes que dar dinero por eso que te comiste, qué no fue poco! —
Joaquín: — ¿Dinero? —
Chico: — Mira muchachito, no me vas hacer tonto. ¡Si no pagas te vas a la cárcel! —A Joaquín llegó un nuevo sentimiento, el miedo, sintió la necesidad de huir de ese lugar. Tomo un impulso y empujó al chico para luego salir corriendo de ahí. Corrió sin mirar atrás, corrió hasta que sus pies no le respondieron más. De repente se encontró en una calle sola, solo se alcanzaba a ver a un grupo de chicos al final de esta, siguió caminando hasta toparse con ellos. Los chicos se le acercaron y comenzaron a pedirle dinero, — ¿Qué tienen los humanos con el dinero? — Joaquín les dijo que no tenía dinero y los chicos comenzaron a golpearlo.
De repente una voz interrumpió a los chicos una voz conocida para Joaquín — ¡Oigan, pónganse con alguien de su tamaño! — corrió hasta dónde estaban los chicos y soltó unos cuantos golpes, los chicos huyeron de ahí dejando a Joaquín en el suelo.
Emilio: — ¿Vato, estás bien? —
Joaquín: quejándose por el dolor — ¡Me duele mucho! —
Emilio: — Si que te acomodaron una buena paliza. —
Joaquín: — ¡Creo que me voy a morir! —
Emilio: — ¡Jajaja no seas tan exagerado! No te vas a morir, vamos a tu casa. —
Joaquín: — ¿Casa, eso qué es? —Emilio sintió mucha ternura y necesidad de proteger al chico que tenía enfrente, tenía mucho tiempo sin sentir eso, desde la última vez que se había enamorado pero la vida era muy injusta con él y le había arrebatado al amor de su vida, esa terrible noche de lluvia así que tomo al chico del brazo y lo llevo hasta su departamento el cual estaba muy cerca del lugar, una vez que entro sentó a Joaquín en el sillón y corrió por el botiquín para curar al flacucho. Se acercó a él y con mucha suavidad tomo su barbilla.
Emilio: — Esto puede doler un poco. —
Joaquín: — No creo que duela más que los golpes que me dieron. —
Emilio: — Bueno eso sí, pero aguanta un poco. —Joaquín cerró los ojos y solo sintió el ardor en su labio, por un día habían sido demasiadas emociones para un ángel, definitivamente ser humano era una labor muy desgastante. Emilio estaba concentrado en curar al flacucho, había algo en él que le recordaba al amor de su vida, habían pasado 5 años desde que Temo había muerto.
Joaquín: — ¿Porque me ves así? —
Emilio: saliendo del trance — ¡Perdón, es que tienes algo que me recuerda a alguien! —
Joaquín: — ¿Qué tengo? —
Emilio: — ¡No lo se! Pero cuando miro tus ojos es como si viera a Temo. —
Joaquín: — ¿Quien es Temo? —
Emilio: — Temo fue... Sabes olvídalo ¡Son ideas mías! —Emilio siguio curando a Joaquín y este prefirió no preguntar más sobre Temo, pero al también sentía algo que nunca había sentido. Cuando Emilio termino de curar sus heridas se dirigio al baño y cuando regreso el flacucho ya se había quedado profundamente dormido, solo tomo una manta y lo cubrió, ya mañana sería otro día.
ESTÁS LEYENDO
Un ángel enamorado
FanfictionJoaquín es un ángel que rescata a un humano que no debía, ahora debe cuidarlo, sin embargo hay un lazo que los une. El amor cuando es verdadero sobrevive hasta la muerte.