A quien pille la referencia del título le dedico un capítulo.
Bueno, ya tocaba algún capítulo desde la perspectiva de Irene, para ver por fin qué pasaba por su cabeza esa noche...
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Cuando Irene se despertó ya eran casi las 9 de la mañana. Quizás otras personas serían incapaces de levantarse tan temprano con resaca, pero ella ya estaba acostumbrada. Desde su separación había tenido varias noches de borrachera. Aunque normalmente solo la acompañaba la botella.
Le dolía tanto la cabeza que casi se había olvidado por un momento de toda esa noche.
No eran ni las 9 de la mañana y ella ya estaba teniendo su primer mental breakdown del día. Empezaba bien.
¿Qué pensaría Inés de todo aquello?
Montero sabía que había hecho bien la noche anterior. Las dos estaban muy borrachas, Inés especialmente, y no iba a hacer así las cosas. No era ese tipo de personas. Nunca se aprovecharía de Inés. Nunca le haría eso.
Además, Inés era hetero. Seguramente era la típica que se liaba con sus amigas de fiesta cuando era más joven, por las risas.
No, no era así y lo sabía. Reconocía la mirada de Arrimadas, porque así la había mirado a ella muchas veces en los últimos días. Había visto su cara de decepción cuando se levantó...
Pero, ¿qué significaba eso? No podía pasar nada entre ellas aunque realmente Inés no fuese hetero, no tuviese pareja y quisiera algo con ella en concreto... Seguía siendo su rival política y eso nunca podría salir bien.
Hasta conocía a su marido, Xavi, en persona. Habían coincidido una vez. Era curioso que lo hubiese conocido a él antes que a ella. Parecía buena persona, aunque Inés se merecía mejor. Probablemente nadie fuese lo suficientemente bueno para ella...
Pero daba igual. Aunque Xavi fuese la peor persona del planeta, nadie se merecía que le pusieran los cuernos. Sabía que no era su responsabilidad, porque ella estaba soltera, no le debía nada a nadie... Pero no, no podría hacerle eso a ninguna persona.
Estaba tan inmersa en sus pensamientos que casi saltó del susto cuando escuchó a su 'amiga' gritar desde la otra habitación.
Sin dudarlo ni un segundo, fue corriendo a ver qué pasaba.
Vio la puerta de la habitación de Inés entreabierta. Nada más entrar se encontró a su perro, Theo, encima de Inés. No pudo evitar reírse. Aquella escena le provocaba tanta ternura.
Theo era tan tranquilo que casi se había olvidado de él. Debería sacarle a dar un paseo, ya le tocaba.
—¡Theo! ¡Déjala en paz!— gritó Irene desde la puerta —¿Te acaba de despertar? Perdona Inés, se motiva demasiado por las mañanas—.
Hizo el esfuerzo de su vida por dejar de reírse, no quería que Arrimadas se enfadase con ella.
— No... Bueno, sí, pero iba a despertarme ya de todas formas...— contestó Inés.
Qué guapa estaba hasta recién levantada. Aunque parecía algo agobiada. Probablemente por despertarse de aquella manera tan loca. Irene no le dio más importancia.
— Debería sacarle a dar un paseo... Te traigo una toalla y eso por si te quieres dar una ducha y ya cuando vuelva desayunamos algo si te parece— dijo Irene intentando parecer segura de sí misma.
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España entre nosotras
Non-FictionIrene Montero e Inés Arrimadas se conocen por fin cara a cara y quizás tengan más en común de lo que pensaban. Esta es una obra de ficción inspirada en sus personas. La mayoría de los hechos de esta historia NO son reales. Por favor, abstenerse de c...