Capitulo 5: Cambiando

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 Me senté en la cama luego de soñar algo completamente extraño. Me llevé una de mis manos a mi cabeza, la cual dolía a más no poder y luego miré a mi alrededor.

  ¿Cuándo había llegado a mi habitación? ¿Cómo había llegado? ¿Y Juliana?

  Tomé mi celular y lo miré atentamente, percatándome que tenía varias llamadas perdidas por su parte, así que, con pocas ganas decidí llamarla para que me explicara qué había sucedido y cómo había terminado todo, ya que mi cabeza no me permitía recordar todo lo que había sucedido el día anterior.

-¿Hola?- preguntó mi amiga del otro lado de la línea con voz adormilada.

-Hola Juli- le contesté casi con la misma voz y algo ronca como siempre me sucedía por las mañanas- ¿Estás en tu casa?

­-Sí, ¿por qué?

­­-¿Puedo pasarme y hablamos?- le pregunté ya que tenía muchas cosas qué hablar con ella.

  Quería saber qué había sucedido, cómo había llegado, todo.

-Pásate en media hora que me visto y tomo el desayuno ¿sí?

­-Está bien- le contesté y me levanté, sintiéndome levemente mareado, pero aun así, llegué a la ducha sin ningún improvisto por medio.

  Cuando terminé me puse unos jeans algo holgados, ya que fueron los primeros que encontré y sobre este una remera de mangas largas color verde militar con unas inscripciones en el centro.

  Bajé las escaleras, encontrándome una nota de mi madre en la mesa de la cocina, la cual tomé y leí.

-¡Genial!- exclamé al terminar de leerla y me propuse a hacerme el desayuno.

  Las piernas no me dolían, como tampoco lo hacía mi espalda, lo que me resultó algo extraño, ya que siempre que salía de noche a la mañana siguiente esas partes me dolían más que de costumbre, aunque la cabeza me estaba matando.

  Sin pensarlo dos veces me fui al baño y tomé una píldora para el dolor de cabeza y me preparé el desayuno, el cual tomé sintiéndome algo asqueado por el sabor que tenía.

  Miré la fecha de vencimiento del sachet de leche, pero a este le faltaba vencerse. La olí y sentí algo de nauseas al hacerlo, así que sin pensármelo mucho, tiré el poco contenido que le quedaba.

  ¿Mi madre no se había dado cuenta que estaba vencida?

  Me encogí de hombros y me fui al dormitorio para poder abrir las ventanas y agarrar las lleves de casa con la billetera para poder irme.

  Apenas abrí la ventana el sol pegó contra mis ojos de una manera que casi termino ciego. Retrocedí hasta que el sol no me daba en ninguna parte del cuerpo e intenté no caerme porque veía todo nublado gracias al sol que me había cegado.

  Nunca me había sucedido aquello, pero aun así no le di importancia. Miré la hora y decidí irme para poder llegar a la casa de mi amiga y saber qué era lo que había sucedido, pero antes tomé unos lentes de sol para no quedarme ciego.

  Salí de mi casa y me fui caminando hasta la casa de mi amiga. La verdad era que no podía ir caminando porque las piernas nunca me daban, pero ese día tenía ganas de caminar, disfrutar del aire, sacando la parte del sol y tambien me sentía lo bastante bien como para poder ir caminando y no agitarme o sentirme débil.

Black Beauties: RED LIGHTS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora