Capítulo Once: Un encuentro deseado

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El tiempo pasa demasiado rápido para muchos, pero para Draco no era así. Sentado en el sillón frente al gran ventanal del departamento en Nueva York observaba el parque que se encontraba cruzando la calle. Era un día precioso de primavera, podía escuchar las risas de los niños y el graznido de los pájaros. Su mirada era sombría y dejaba ver la tristeza que Draco llevaba siempre con él.

Habían pasado cinco años desde que se casó con Tom, eran los mismos años que llevaba sin ver a su padrino y lo más doloroso era que en todo ese tiempo jamás conoció a su hijo. Muchas veces le rogó a Tom que lo llevara a Londres, aunque fuera por una semana, deseaba tanto ver a su hijo, pronto sería su cumpleaños número cinco y rogaba porque ese año Riddle cumpliera, aunque fuera sólo ese deseo.

Su vida al lado de Tom era su propio infierno personal, con el paso de los días Riddle había dejado salir su verdadera personalidad, era cruel, frío y déspota, cuando algo no resultaba como él quería era Draco quien pagaba las consecuencias. Había aprendido a base de golpes que él sólo debía guardar silencio y aceptar todo lo que su esposo quisiera hacer con él.

A pesar de los maltratos y abusos para Draco era un alivio no haberse embarazado de Tom, si eso llegara a suceder no sabría cómo afrontarlo. Riddle era un Alfa sumamente posesivo y no deseaba compartir a Draco con nadie ni siquiera con un hijo suyo. Durante esos años Tom se encargó de que nunca estuvieran en el mismo país más de un mes, así que constantemente se encontraban viajando. El Omega no comprendía porque Riddle no quería establecerse en un solo lugar, pero no poseía el valor para preguntárselo, hacerlo sólo significaba recibir golpes, y él ya tenía suficientes cicatrices como para agregar una más a su cuerpo.

Draco no había cambiado en ese tiempo, seguía siendo el Omega pequeño que todos conocían, pero sus ojos ya no tenían ese brillo de pureza que siempre lo había caracterizado, esa inocencia se la habían arrebatado poco a poco hasta no dejar nada. Sus ganas de vivir poco a poco se marchaban y él simplemente no sabía cuánto tiempo más podría soportar todo. Salió de sus pensamientos cuando sintió la puerta abrirse, su cuerpo se estremeció por el terror al saber que Tom ya había regresado a casa. No volteó su mirada, se mantuvo firme mirando hacia el exterior en un intento de engañar a su esposo.

—Otra vez en el mismo lugar —lo escuchó decir con fastidio. A Tom le molestaba que Draco no quisiera salir del departamento, todos los días desde que se levanta hasta que volvía a acostarse para dormir se la pasaba sentado en el mismo lugar—, si tanto te gusta ese parque debería ir a dar una vuelta. —Se quitó el saco y aflojó su corbata para luego caminar hacia Draco. Se encogió en su lugar cuando Tom lo tomó de los hombros y besó la base de su cuello.

Si había algo que Draco también agradecía era que Riddle no lo hubiera marcado como su Omega, y aunque para cualquiera eso significaría que no era tan importante para su esposo para Draco era lo único bueno que había sucedido en eso años.

—Tendrás que comenzar a preparar las maletas —le dijo mientras se alejaba, sólo entonces Draco volteó a mirarlo.

—¿A dónde iremos está vez? —preguntó. La sonrisa de Tom fue más amplia en ese momento.

—A Londres. —La confusión se hizo presente en los ojos de Draco, quizás estaba escuchando mal o simplemente era una broma de su esposo. Riddle durante mucho tiempo había planeado regresar a Londres, habló con Lucius y Narcissa y ellos estuvieron de acuerdo. No porque tuvieran deseos de ver a Draco, sino porque en el último año su "hijo" había estado comenzando a comportarse extraño y reticente al contacto con ellos, comenzaban a pensar que Scorpius podía sentir que ellos realmente no eran sus padres—. No te estoy engañando si es lo que piensas —le aclaró—. Saldremos en el vuelo de la mañana en la noche. Encárgate de que todo esté listo. —No dijo nada más, simplemente tomó unas prendas del closet y entró al baño. Draco aún no podía creer lo que estaba sucediendo, una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras regresaba su mirada al paisaje que observaba a través de la ventana.

Cruel destino (Harco/ Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora