Cruel destino (Harco/ Omegaverse)

Capítulo Cinco: Una pequeña luz de esperanza

Severus condujo hasta la mansión Malfoy, fue recibido por las personas de seguridad quienes rápidamente le dieron acceso a la propiedad. Estacionó su auto y bajó de él. Subió las escaleras hasta las puertas de roble, las cuales fueron abiertas inmediatamente. Una de las sirvientas lo saludó con respeto.

—Buenos días, señor Snape. —Ella hizo una leve inclinación.

—Buenos días, ¿en dónde se encuentra Lucius? —preguntó.

—El señor Malfoy se encuentra en su despacho, si me permite...—No tuvo tiempo de terminar su frase, ya que Severus al saber en dónde se encontraba el Alfa caminó rápidamente hacia el lugar. Cuando llegó hasta el despacho no se tomó la molestia de golpear la puerta. Luciu podría ser un Alfa, pero Severus jamás se había sentido inferior a él a pesar de ser un Omega.

—Lucius, necesito hablar contigo —dijo en cuanto entró al lugar. Malfoy al verlo entrar de esa manera, se disculpó con quien hablaba y luego colgó el teléfono.

—Severus, ¿Qué puedo hacer por ti? —preguntó con cortesía. El Omega frunció el ceño.

—¿Dónde está Draco? —No iba a andar con rodeos, necesitaba saber que estaba sucediendo con su ahijado.

Lucius se sorprendió al escuchar esa pregunta, pensó que Severus estaría conforme al pensar que su ahijado se encontraba estudiando fuera de Londres, pero no era así. A pesar de ser un Omega, Severus era diferente a los demás, jamás se había dejado amedrentar por un Alfa mucho menos se sentía inferior, era fuerte y decidido. Quizás esa era la razón por la cual eran amigos y lo habían elegido como padrino de su hijo. Severus Snape, representaba todo lo que Lucius hubiera deseado ver en su hijo a pesar de ser un Omega.

—Draco está... —Antes de poder decir algo más el teléfono sonó. Lucius no dudó en responder pidiéndole a Snape con una seña de su mano que por favor tomara asiento, así podrían seguir con su plática. Snape se sentó a regañadientes. A medida que los segundos pasaban fue testigo de cómo la mirada de Lucius iba cambiando poco a poco, aquella reacción le llamó la atención, más aún cuando Malfoy cortó la llamada luego de decir "tomaré el primer vuelo"—. Lo siento, debo salir de viaje inmediatamente —dijo poniéndose de pie. Pero Snape fue más rápido y lo tomó del brazo.

—No te irás hasta que me digas que está pasando con Draco. —Al ver la mirada de Severus, Lucius supo que no estaba mintiendo.

—¿Puedes viajar ahora mismo a Italia? —preguntó.

—¿Por qué?

—Draco tuvo un accidente, está muy grave —informó, esa era la noticia que acaban de darle. Al parecer estaban haciendo todo lo posible por salvarlo, pero no era seguro que lo consiguieran. Fue la noticia más dura y cruel que Severus tuvo que escuchar, a pesar de que todos lo consideraban un Omega diferente por parecer alguien sin sentimientos, la realidad era que Draco era lo más importante de su vida, y saber lo que le estaba sucediendo le provocaba un gran dolor.

—Tendrás que darme muchas explicaciones —advirtió—. Vamos, con suerte lograremos conseguir un vuelo para el mediodía. —Lucius asintió. Ni siquiera pensaron en hacer maletas, el Alfa tomó algunas cosas de esa manera salieron de la mansión. No era que Draco le interesara demasiado, pero haría todo lo posible para que su "futuro hijo", estuviera bien.

O*o*o*o*O

Los médicos y enfermeras del hospital corrían de un lado hacia otro encargándose de las víctimas del accidente. Luna y Alfred sin bien habían llegado heridos estaban fuera de peligros y ahora se recuperaban favorablemente. Por otra parte Draco era quien más grave se encontraba. Desde el momento en que atravesó las puertas de la sala de emergencia los médicos comenzaron a hacer uso de todos sus conocimientos para salvar su vida y la del bebé. Estaba gravemente herido, su rostros tenia algunos cortes —producto de los vidrios —, y lo que más les preocupaba era la contusión de su cabeza. Era joven, con toda una vida por delante —pensaban los médicos —, debían hacer todo lo posible por salvar su vida.