Capítulo Único

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El adolescente se deslizó lentamente por el suelo convertido en una bella serpiente color esmeralda. Sus escamas destellaban bellos brillos dorados con la luz de la mañana mientras esquivaba los muebles de aquella habitación que no le pertenecía.

No podía dejar de recordar las palabras de su padre. ¿Pensó que aquel era el mejor momento para decir que Thor tendría que contraer matrimonio con la princesa Midgardiana? ¿En la cena? Eso era bajo.

Los nueve mundos estaban en paz, no había guerras entre ellos y la seguridad había mejorado gracias a los tres guerreros (con la ayuda de Sif claramente). Si el Padre de Todo quería que esta tranquilidad permaneciese, tenía que unificar aún más los reinos con un matrimonio.

Loki sabía que sus acciones tendrían consecuencias, pero el pensamiento de que le quitarían a su tonto hermano mayor y que aquella desconocida se convertiría en su consorte lo llenaba de furia caliente.

Tenía que actuar rápido para que esa boda no se llevara a cabo.

[...]

La gran sala estaba totalmente vacía, excepto por los soldados de armaduras y lanzas doradas, que custodiaban las columnas que dirigían al intimidante trono de oro de Odín.

Caminó por el largo pasillo con una pequeña diversión en su rostro, otros tres guardias lo rodeaban mientras las largas y pesadas cadenas doradas limitaban sus movimientos impidiéndole algún plan de escape. Éstas empezaban desde su cuello, pasaban por sus muñecas tomándolas en un puño y terminaban en sus tobillos.

Al costado de Odín se encontraba su madre Frigga con una mirada de decepción en sus ojos, se acariciaba nerviosa las manos imaginando el castigo que su pequeño hijo recibiría.

Al otro lado estaba su hermano mayor luciendo una bonita armadura plateada que lo hacía lucir más intimidante de lo normal, con una capa roja descansando sobre sus hombros que caía hasta el suelo.

Mostraba un extraño semblante serio en comparación a su actitud altanera que siempre mostraba, incluso con su padre.

Los guardias posicionaron al príncipe de las mentiras al lado de una mesa de cristal donde se encontraba la joven princesa. Este no dejaba de observarla con una sonrisa juguetona.

Lucía muy bella con la piel del color de la nieve y sus ojos rojos a punto de llorar gotas escarlatas; no se movía, no respiraba.

–Loki... -La voz profunda del rey de Asgard resonó en toda la habitación llamando la atención de Loki hacia su padre dejando de lado a la Midgardiana.

–¿Qué pasa, padre? -Preguntó el peligro con un dulce tono que hizo cambiar el ambiente del lugar a uno más tenso.

Thor se movía incómodamente en su lugar, algo que Loki no dejó pasar.

–¿Cómo te atreviste a asesinar a la prometida de tu hermano? ¡Este era un importante compromiso para Asgard! -Gritó furioso Odín. –¿No entiendes lo que pasará ahora?

–Solo fue una pequeña mordida. -Loki miró hacia la chica de la mesa y soltó una risilla. –Bueno, tal vez le afectó un poco más de lo que yo creía.

El rostro de Odín se volvió rojo; la indiferencia de su hijo siempre lo hacía enfurecer.

–Loki debes de dejar de hacer estas cosas, estas a punto de convertirte en un adulto. -Dijo Frigga con su voz cálida. –¿Qué dirá nuestro pueblo cuando se entere de esto?

El rubio se sorprendió tanto del cambio del semblante de su pequeño hermano que tuvo que dar un profundo respiro.

–Solo se preocupan por eso; del que dirán los demás. ¡Claro! ¿Y no se preocupan de lo que dirán cuando se enteren que me tienen encadenado así? -Loki dijo desesperado, sus ojos escupían veneno.

𝙱𝚛óð𝚒𝚛 [𝚃𝚑𝚘𝚛𝚔𝚒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora