"El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día grande y espantoso del Señor" (Joel, 2:31)
_tienes que animarte, no pasara nada si vamos a ver el eclipse en el playa_ se escuchaba un joven emocionado por la bocina del teléfono.
_es muy tarde, las 3 de la madrugado no es hora para que estaremos viendo eclipses en la playa, alguien nos podría asaltar _ respondía una joven, estaba sentada en pijama en su habitación, no tenía ganas de salir de fiesta, pero la propuesta de ver el eclipse en un lugar privilegiado la tentaba, además no serían las únicas personas que estarían en la playa _está bien, ya pensé y si iré, pasan por mí en media hora, es temprano apenas son las 10.
En total irían 6 personas a ver el eclipse de luna roja esa madrugada del 15 de abril, todos estaban emocionados y habían comprado, muchas cosas que tomar y comer para pasar el rato, eligieron un lugar solo y alejado de las otras personas que esperando el eclipse.
_ Irene, vamos anímate, no nos va a pasar nada _ dijo el joven del teléfono mientras bajaban todas las cosas para acomodarlas en la playa _ ya somos mayores, esto es algo normal, que siempre hacen en las películas.
_ tú lo has dicho Samuel, en las películas, y esto no es una película, es muy oscuro y no sé , son las 2 de la madrugada, no es normal, al menos que fuera una película de terror lo que lo haría totalmente normal
Irene tenía razón, algo no estaba bien, el ambiente se sentía pesado y estaba más oscuro que de costumbre, aunque atrás de ellos estaban unos hoteles, todo estaba muy silencio, la fogata ilumino un poco la playa, los tragos comenzaron y poco a poco el ambiente de miedo y hostilidad que al principio sentían se fue perdiendo.
_ faltan dos minutos para que sean las tres y aun no se ve roja la luna, yo creo que esto es un fraude_ dijo Samuel
_ Mírala bien, está tomando una tonalidad anaranjada_ dijo otro joven, todos miraron el cielo y vieron como poco a poco estaba cambiando la luna de blanca a roja.
_ ¿algo está mal con el mar, no creen? _ dijo una joven que estaba parada en la orilla _ se ve más oscuro, como si algo estuviera allí.
_ seguro es un barco _ dijeron todo al unísono
_ no es un barco_ dijo Irene parándose en la orilla, _ mejor vayámonos, no me gusta cómo se siente.
Aunque nadie le hizo caso y todos seguían riéndose y jugando, camino hacia el hotel, de pronto todos comenzaron a gritar, algo salía del mar, era neblina, pero muy espesa, todos comenzaron a correr, el hotel parecía muy lejos, la arena no dejaba que avanzaran, los hacia tropezar, solo lograron avanzar unos cuantos metros cuando un joven vestido de blanco, les hablo.
_ ustedes no deberían de estar aquí- dijo con una sonrisa en su rostro, una sonrisa sensual y peligrosa. _ Ni modo, tendrán que morir.
Todos corrieron, pero él era más rápido, Irene tropezó con un tronco y cayo a la arena, vio como un por uno su amigos fueron cayendo, los gritos se escuchaban por todos lados, pero nadie los ayudaba, el olor a la sangre era enfermizo, ella estaba viendo todo, pero no hacía nada, no podía gritar, ni moverse, solo mirar, mirar como sus amigos morían, en manos de aquel hombre. Dejo caer al suelo la cabeza de alguien y camino hasta donde Irene estaba tirada, miro sus ojos abiertos, y se agacho hasta su cara.
_ ¿Qué voy a hacer contigo? _ dijo sonriendo fríamente.
Todo se oscureció, para Irene, pensó que seguro había muerto, una muerte menos dolorosa que la de sus amigos, posiblemente su tortura fue ver todo, pero morir no era tan malo, sentía como si estuviera flotando, como si alguien la sostuviera cálidamente en sus brazos.
