Rose Potter

Desaparecida

7 de Octubre del 2005

Una casa grande de un estilo victoriano, ubicada cerca de Kensington Gardens, uno de los barrios muggles más lujosos de Londres. A lo lejos se podía escuchar el llanto de una bebe, los pasos de un niño de dos años se podían escuchar por toda, corriendo hacia la habitación de su hermana menor, un niño con el cabello negro trepo las barandas blancas de la cuna de su hermana hasta tener visibilidad de ella. Cuando la pequeña tuvo contacto visual con los ojos de su hermano, verdes esmeralda como los de ella, se tranquilizó inmediatamente y es que entre ellos dos había una conexión que muy pocos eran capaces de comprender.

En la puerta de la habitación un hombre alto, de ojos verdes y pelo azabache como su hijo, veía como el mayor de sus hijos tranquilizaba a su hermana menor. Una sonrisa se formó en su cara olvidándosele por un momento la preocupación que tenía momentos antes. El pequeño miro a la puerta encontrándose a su papa.

"Papa"

El niño corrió a los brazos de su padre pero justo cuando el se separó de la cuna, la pequeña empezó a llorar nuevamente, aunque esta vez fue su padre quien respondió al llamado de su hija. En el momento en el cual él la tomo en sus brazos ella se calmó, ella empezó a estirar sus manos intentando quitar las gafas de su padre, Harry reía por la ocurrencia de su hija,  James reía viendo como su hermano jugaba con su padre. Al ver a su hermana Rose No entendía porque la conexión que tenia con ella no la tenia con su otra hermana Lily, tal vez era porque tenían el mismo color de ojos?

"Ustedes dos la van a malcriar".

James y Harry se dieron la vuelta mirando a la puerta y se encontraron con Hermione junto a una pequeña de tres años, ella al contrario de sus hermanos tenía los ojos color marrón y el pelo color rojizo marrón quien reía al ver la escena que se formaba delante de ella.

"No seas exagerada amor"
"No estoy siendo exagerada Harry, es la verdad"

Harry camino hasta donde su esposa y le dio un beso en la mejilla, pero justo en ese momento el presentimiento de antes volvió a aparecer y esta vez no lo pudo ocultar.

"¿Qué te pasa Harry?"
"No lo sé, pero por algún motivo siento que no la vamos a volver a ver"

Harry no pudo evitar mirar a la pequeña que se había quedado dormida en sus brazos después de intentar varias veces quitarle las gafas. Hermione no sabía que decir sabía que lo correcto era decirle que todo era una imaginación de él y que la pequeña estaría con ellos mucho más tiempo pero dentro de ella no lo sentía así, creía ciegamente en Harry y como no hacerlo si lo había hecho prácticamente toda su vida. Las piernas le fallaron y de no ser porque justamente Draco Malfoy llegaba al lugar en ese momento ella hubiera caído al suelo. Draco la tomo en sus brazos al darse cuenta de lo que pasaba, pero nunca creyó que fuera tan malo hasta el momento que vio su cara.

"¿Qué le dijiste Potter?"

Harry dejo a su hija en la cuna, Draco ya estaba aquí así que no había porque prolongar más la charla, salió de la habitación y camino hasta su estudio donde les hizo señas a Draco y Hermione para que entraran. James por otro lado al escuchar lo que había dicho su padre se juró que no se iba a separar de su hermana nunca y que no dejaría que nada ni nadie le hiciera daño.

"Siempre te voy a proteger"

Esas fueron las últimas cinco palabras que le volvería a decir a su hermana, corrió rápido a buscar su cobija favorita a su habitación y después volvió donde su hermana, corrió la silla mecedora con mucho esfuerzo hasta que esta quedo al lado de la cuna; y en ese lugar se quedó dormido.

"¿Qué pasa Potter?"

Draco se quedó parado mientras que Hermione tomo asiento inmediatamente, Harry por el contrario no sabía cómo empezar a hablar, una cosa era decírselo a su esposa y otra totalmente diferente era decírselo a la persona que antes había sido su peor enemigo pero que ahora por circunstancias de la vida formaba parte de sus amigos más cercanos, y es que a veces llegaba a pensar que Draco se había vuelto mucho más cercano que Ron, pues los dos tienen hijos de las mismas edades; James y Scorpius los dos de dos años, eran los mejores amigos y se notaba que siempre lo serian también estaban Rose y Agatha, la segunda hija de los Malfoy, la cual fue una sorpresa pues ya los dos habían tomado la decisión de no tener más hijos.

"Desde hace unos días estoy sintiendo que algo malo va a pasar con Rose y que por algún motivo no la volveremos a ver"
"Potter pensé que las mujeres eran las únicas que tenían presentimientos"
"No bromees Malfoy esto va en serio"
"Está bien no bromeo, es solo que el ambiente está un poco tenso aquí" Draco se acercó más a Harry entendiendo la preocupación de su amigo, y es que si alguno de sus hijos les pasara algo él se moriría, Agatha y Scorpius se habían convertido en lo más importante para él desde momento en que nacieron "¿Entonces qué quieres hacer?"
"No lo sé es difícil planear algo cuando no sabes si va a ocurrir algo y cuando va a ocurrir"
"Pero algo tienen que hacer Harry no le puede pasar nada a mi pequeña, es que si algo le llega a pasar a alguno de mis hijos yo me muero" Hermione se integró a la conversación después de mucho tiempo, Harry camino hasta la silla donde ella está sentada y se arrodillo de tal forma que pudiera verle la cara a ella.
"Lo se amor, a mí también... no te lo quería contar pero siento que el día se aproxima rápido"
"Tranquilos si lo desean tendremos un equipo de Aurores que haga guardia todo el tiempo que ustedes lo consideren necesario"

Hermione miro a Draco esperanzada, eso era lo que necesitaba escuchar saber que no estaban solos y que los apoyaba era la mejor ayuda que podían tener en esos momentos... Pero todo fue demasiado tarde.

Un ruido se escuchó en una de las habitaciones, un bebe llorando y un grito. Draco y Harry fueron los primeros en llegar y al ver dentro de la habitación lo que más temía había sucedido. Un ladrillo se encontraba al lado de la cuna y había vidrios por todos lados, Harry corrió a la cuna y no encontró a su pequeña. La cobija de su hijo James estaba en el suelo y la mecedora moviéndose, Harry le dio la vuelta a la cuna y se encontró con James sangrando. Por suerte el golpe no había sido grave y él estaba abriendo los ojos. El frió de la noche entro a la habitación golpeándolos a todos con la cruel realidad: la pequeña Rose ya no estaba, el temor más grande de unos padres se había cumplido... la habían perdido.