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Los pies de Narancia caminan torpemente por el pasillo, sus brazos pesan y lo menos que quiere en estos momentos es sobrecargar más su cabeza con más información, pero lo prometido es deuda, el profesor de matemáticas lo está esperando en el salón para poder reforzar algo que su cerebro no pudo procesar bien, mientras arrastra su mano por la pared color crema sus pasos cada vez van más flojos, de verdad no quería más clases.

—Cuidado, parecieras como si te fueras a desmayar. —Alguien detrás suyo lo interrumpe. —¿No debería estar en la salida?

—Ahm... El profe Fugo me llamó, dijo que quería hablar conmigo, igual estoy un poco cansado.

—¿Entonces sí te ayudará? —El de ojos azules sonríe, como si todo lo que había planeado estuviera funcionando.

—Igual, gracias por... Convencerlo? Al menos ahora toma algo de atención en mi, aunque se me hace un poco extraño.

—De nada, Fugo yo somos cercanos, así que si necesito convencerlo no puedo fallar, espero que sea de mucha ayuda.

Narancia sigue caminando mientras Bruno le conversaba, al menos agradece que él esté también dispuesto en ayudar ya que es su profesor jefe, se comporta como una mamá con todos sus alumnos, aunque se le hace un poco extraño saber que Pannacotta Fugo, el profesor más serio y exigente, sea alguien tan cercano a él.

Llegan al salón donde habían quedado en juntarse, al entrar se encuentran a un hombre alto usando lápiz labial oscuro, cabello blanco y largo, con ropa oscura, demasiado llamativo a pesar de usar ropa oscura.

—Abbacchio! Qué bueno que te encuentro aquí! —El profesor de historia lo llama mientras que el hombre alto se acerca a él.

—Bucellati, justo iba dónde ti, estaba hablando con Fugo. Oh, vienes con Narancia.

—Hola profe —El menor lo saluda. —Venia porque me habían llamado.

—Oh, sí, Narancia, ven aquí. —El rubio lo llama enérgicamente, Narancia obedece y se sienta donde le indicaron.

—Me iré con Bruno, Fugo, no vayas a hacer nada raro. —Leone le advierte.

—Abbacchio! Claro que no haré nada! Ve a.... —Se detiene un momento dándose cuenta que estaba un alumno en la sala. —Ve a hacer lo que tengas que hacer!

El peliblanco ríe mientras sale con Bruno, apenas cierran la puerta la sala se inunda en un silencio, para Narancia es extraño estar con alguien mayor que no conoce a solas, solo se limita a observarlo mientras el rubio hojea un libro de matemáticas, accidentalmente un lápiz cae haciendo que la atención de Narancia se desvíe por el sonido pesado que hace eco en el salón vacío, actúa recogiendo el lapiz.

—Narancia. —El rubio lo llama y Narancia se levanta rápido pero su cabeza choca con la mesa.

—Ah! —Su mano toca la zona del dolor.

—Estas un poco dormido.

—¡Lo siento!

—Espero que eso te haya despertado un poco.

«¿Lo hizo a propósito?»

Perdón. —Vuelve a mirar el libro, pero Narancia nota que su profesor está a punto de reirse en su cara, pero quiere demostrar seriedad en todos los casos.

—No ha preparado nada ¿verdad?

—Estuve revisando tu prueba de diagnóstico de principio de año, de verdad no entiendo cómo aún no sabes dividir a estas alturas. —Baja el libro. —Tampoco multiplicar números de 2 cifras.

¿Qué pasa con mi profesor? [FuNara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora