Sigo
sintiendo
las yemas
de sus dedos
en mi espalda,
deslizándose
y dibujando
eternas figuras,
que jamás
quiso acabar.
Sigo
sintiendo
las yemas
de sus dedos
en mi espalda,
deslizándose
y dibujando
eternas figuras,
que jamás
quiso acabar.