Y un día desapareció.
Debí habérmelo imaginado.
La chica a la que no le gustaban
los puntos finales,
no iba a despedirse del pobre idiota
al que había enamorado.
Y un día desapareció.
Debí habérmelo imaginado.
La chica a la que no le gustaban
los puntos finales,
no iba a despedirse del pobre idiota
al que había enamorado.