Capítulo 3

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Desperté al notar una mano recorrer  mi abdomen.

Despertá princesa— Al escuchar aquella voz y aquel acento supe inmediatamente de quién se trataba, pero nunca imaginé que fuera así.
— ¿Qué diablos quieres? Y lo más importante ¿Por qué entras y me tocas?— Le di una mirada fulminante que lo dejó mudo por algunos segundos.
—Ah nada, solo quería hablar contigo de algo importante princesa— Repitió ese jodido apodo, no creo que pare si se lo pido pero igual.
—No me llames así, que lo último que soy es una princesa, ¿y que querías decirme?— Pregunté fríamente .
—No pues, que me atraes mucho, no me importaría pagarte cierta cantidad por una noche con vos — Todo eso lo dijo con una voz suave y pretendiendo se seductora mientras me acariciaba los muslos.
— ¿¡Me acabas de insinuar que soy un puta!? ¿Es enserio? ¿Así me ves? Pues olvídate hijo de perra, porque yo no soy una facilita como esas gatas de los cojones, capullo— Seguido de decir eso, me levanté y salí cerrando de un portazo, bajé y ahí estaban todos mirándome con cara de susto y otros riendo.

Bobita, era un reto, no te lo tomes así, nosotros se lo pusimos, el no quería porque le gustas— Los fulminé con la mirada.
—¿Sois idiotas? Poner un reto de ese calibre no es de amigos, y encima si a él le gustaba ya no le voy a gustar, que no me preocupa mucho porque a mí no me gusta nadie, pero igualmente es muy cruel de vuestra parte.— Tras esas palabras, agarré mi mochila y salí por la puerta para ir a casa.

Tarde alrededor de cinco minutos, pero no había ni metido la llave, que ya es escuchaban gemidos desde fuera.
—¡ESTOY EN CASA!— Grité y cerré la puerta tras de mí, me acerqué a Sonia, mi hermanita de dos añitos y la cargué, subimos a mi habitación y le puse dibujos animados de cuando yo era pequeña.

—¿ oké  e itas a babá ? — preguntó mi hermanita, con su idioma de bebé.
—Porque sino no dejará de hacer cochinadas con ese señor ¿vale, peque?— Dije amablemente, amo a mi hermana y ella me adora, no desearía tener una mala relación con ella a pesar de que sea de uno de esos sucios.
Ae— respondió ella y continuó viendo tv. Mientras me puse a hacer tareas, no era normal en mí hacerlas pero por una vez no voy a morirme, digo, siempre hay una primera vez para todo ¿No?

Pasaron tres horas y mi madre por fin salió de su habitación, con una camiseta que no era la suya y en bragas, entró a mi cuarto algo seria.
—Eres tonta Naomi, nadie te manda gritar cuando estoy ocupada trabajando.—  La miré incrédula ¿Dijo trabajo? Acaso....no creo...
—¿Ahora eres prostituta? ¿Por eso dices que es trabajo? ¿Te pagan menos si tus hijas hablan?— Respondí con una sonrisa triunfante ya que mi madre solo bufó y salió de mi cuarto enfadada, cualquiera diría que la adolescente es ella, una muy hormonada.

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— C

Bajo la tormenta | CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora