Capítulo 2: accidentes

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Una mañana más amaneció por la ventana del bungalow en el que descansaban las vocalistas de DRE☆MS. 

Mizuki se sentó despacio en la cama, llamando a su compañera, que dormía plácidamente en la litera de arriba. 

Después de cinco minutos sin respuesta, empezó a dar patadas a la cama de arriba, consiguiendo un gruñido y un bufido de respuesta. 

-¡MOMOKA AYAME! ¡LEVANTA EL CULO DE LA CAMA! ¡¡YA!!

Un par de minutos después; los pálidos pies de la chica prodigio asomaron por un lado de la cama.

-Buenos días, Mizu-baka-chan

-Hoshi llegará en cualquier momento, así que vístete. 

Momo saltó con agilidad de su litera y se situó frente su armario. Lo abrió y sacó un bikini de volantes negro y verde y un vestido negro, verde y gris con encaje. Se lo puso mientras Mizu se ponía un bikini de triángulos azul cian, unos shorts vaqueros y una blusa blanca con un lacito en la parte frontal.

Justo al acabar, la puerta se abrió de golpe, sobresaltándolas.

-¡Hoshi-kun! ¡Deberías aprender a llamar a la puerta! -Momo se sentó en un taburete para que Mizu le cepillara y recogiera el cabello

El muchacho las miró y sonrió. 

-¿Habéis dormido bien? Porque os he compuesto una nueva canción

Con esas palabras,  a Mizuki le brillaron los ojos y Momoka sonrió.

-Nosotras hemos conocido a ST☆RISH. La verdad es que son muy agradables. Y Mizu-chan ya se ha lanzado -dijo Momo con voz juguetona

-¡Calla, pesada! 

-Espero que en algún momento decidáis explicármelo. Mientras, os adelantaré que he conocido a su... compositora -suspiró él mientras le brillaban los ojos con intensidad

-Uuuuh~ me parece que nuestro Hoshi-kun se ha enamorado -canturreó la muchacha de ojos verdes

Él se sonrojó y las chicas rieron.

Aquel campamento era una verdadera maravilla.

Natsuki iba caminando por la playa cuando se encontró arrodillada en la arena a la que reconoció como "la cosita más mona del mundo", Mizu-chan, cavando con una palita amarilla, como una niña pequeña.

-Vaya. Hola, Mizu-chan -ronroneó.

Ella levantó la vista y le miró con intensidad. 

-Buenos días,  euh...

-Natsuki. Llámame Natsuki.

-Buenos días,  Natsuki-kun.

Él le sonrió y se agachó a su lado.

-¿Qué haces, Mizu-chan?

Ella agachó la cabeza, sonrojada. Aunque parecía buen chico, le costaba especialmente relacionarse con chicos, y más aún sin Momoka. 

-Un... castillo

A él le brillaron los ojos mientras se dejaba caer a su lado

-¡Oh! ¡Por favor,  déjame ayudarte!

Ella le miró, sonrió despacio y asintió con la cabeza. 

Tenía que intentarlo.

Momoka estaba de pie en la orilla de la playa, con el vestido arrugado unos metros por detrás, mirando el horizonte sin pensar nada especial.

El agua le llegaba por el muslo y le mojaba la piel.

Suspiró.

Hoshi se había enamorado.

Y ella todavía no.

La soledad la ahogaba, la abrumaba. Ella quería sentir esas cosas, como los demás. 

-¿Daw-chan?

Una voz masculina la sacó de su ensueño, haciendo que se girase hacia ella.

Pero no esperaba encontrarse a Cecil, sin camiseta, con un bañador largo verde esmeralda. 

Apartó la vista sonrojada.

Era muy guapo. Y estaba MUY bien formado. 

-Momo. Me llaman Momo. Daw es mi... nombre artístico. Daw es la prodigio. Momoka es... Momo. Y Momo soy yo.

Él sonrió y se puso a su lado.

Levantó una mano y rozó la pálida mejilla de la chica, como si fuese porcelana. 

-Momo...

Ella se sintió hipnotizada por sus ojos. Brillaban con luz propia. 

Ella retrocedió un paso con el corazón a mil y se dio la vuelta, justo antes de oír un PLIC.

El enganche de su bikini se había soltado. 

En seguida, puso sus manos sobre el pecho y se sumergió hasta los hombros.

¡Qué vergüenza! 

-¿Momo-chan? ¿Estás bien? 

Ella asintió como un resorte, roja como nunca.

-S-se me ha... soltado...

Cuando él bajó la mirada y vio sus hombros y espalda desnuda, se dio cuenta del problema y se le subieron los colores, mientras un calor corría por su interior. 

-T-te ayudo...

Ella se levantó despacio, con los brazos sobre el pecho, cabizbaja y muy sonrojada

Cecil agarró ambos extremos y con manos temblorosas los unió sobre la cálida y suave espalda de Momoka. 

Justo entonces, un impulso le empujó a rodearla con los brazos.

Sus corazones latían a mil por hora, y sus cuerpos desprendían calor.

Nunca antes Cecil se había sentido tan atraído por una chica, y en se momento no solo estaba atraído, sino también magnetizado a ella. Sus cuerpos, a penas cubiertos, unidos.

Cuando ella tembló, él la soltó. 

A Momo le temblaba el labio inferior. 

-P-perdón... fue... un... impulso

-Gomen... -susurró ella, corriendo lejos

Cecil se sumergió, colorado, sonrojado y acalorado.

Aquella chica le daba vueltas a su pobre cabeza.

-Entonces, ¿Que te han parecido mis amigos?  -preguntó Natsuki mientras llenaba un cubo de arena

-Son todos muy agradables... pero... ¿Puedo... ser completamente sincera contigo? 

Él sonrió y le agarró una mano con cuidado. Después, entrelazó sus meñiques.

-Prometo no contarle nada de esto a nadie

-Tengo... problemas con la gente. Me cuesta... mmmm... acercarme. Hablar. La lanzada es Daw.

-Daw-chan es una gran chica, pero no te sientas mal por ser tímida. Eres como eres, y así eres... genial. No cambies, Mizu-chan

Natsuki le acarició el dorso con los dedos, despacio, haciendo círculos, perdiéndose en la mirada oscura de la chica.

Era tan... adorable... le costaba tanto decirle lo tímida que era...

-¿Puedo poner... una banderita?

Natsuki salió de su mundo para poner los pies en la tierra y mirar a la chica a su lado.

El castillo estaba acabado y Mizu le miraba sonrojada con un palito con un trocito de papel con la bandera de Japón en la mano.

Que rápido había pasado el tiempo.

-Claro -sonrió él

Daría cualquier cosa por más mañanas como esa.

DRE☆MS (Uta no Prince-sama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora