Sekai no Sakkaku (La ilusión de Sekai) (Pausada Indefinidamente)

Capítulo 2 - El comienzo a lo desconocido

- ¡Sekai! –Bara se abalanzó sobre mí y me abrazó fuertemente.

- ¡Cuánto tiempo sin vernos!

-No ha sido mucho, pero estoy feliz de volver a verte.

-También yo.

-Sekai... ¿Quién estaba tocando la puerta? –Preguntó Sakura mientras bajaba las escaleras en ropa interior.

- ¡¿Quién es ella?! –Bara me soltó rápidamente - ¡¿Y por qué está en ropa interior?!, ¿Acaso tú y ella...?

- ¡No te hagas ideas raras!, nosotros sólo... Mmm bueno, vamos adentro y te explico con calma.

-No entraré ahí hasta que esté vestida.

-Sakura-san, ¿Por qué no te pusiste algo de ropa?

-Sólo tengo el uniforme de la escuela y el vestido de ayer, además de eso, no tengo otro tipo de ropa.

-Mm, hay una caja en la parte superior de mi armario, creo que eso servirá.

-Bien, regreso en un momento.

-Espero tengas una buena explicación para esto –Mencionó Bara entrando a la casa.

-Vamos al comedor mientras Sakura regresa.

Esperamos por algunos minutos.

-Perdón por la tardanza –Finalmente apareció Sakura con un vestido blanco que llegaba hasta los talones y zapatillas del mismo color.

- ¿Y bien?, ¿Quién es ella?

-Mucho gusto, mi nombre es Tanabe Sakura.

- ¿Por qué estás en casa de Sekai?

-Tranquilízate Bara, deja que te expliquemos –Era obvio el enojo de Bara en ese momento, y tenía que hacer algo para calmarla.

- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice después de ver a una chica semidesnuda bajando de tu habitación?!

-Tienes razón, pero escucha lo que sucedió realmente.

Bufó y desvió la mirada.

-No tengo hogar –Mencionó Sakura de inmediato.

- ¿Ah? –Bara volteó con una mirada de confusión.

-Huí de casa hace algunos meses, no tenía lugar a donde ir y no sabía a quién pedir ayuda, así que encontré a Sekai, y después de conversar un poco con él me ofreció su ayuda. Eso es todo.

-Yo... yo... yo, ¡Lo siento mucho!, perdón por sacar mis propias conclusiones antes de escucharte.

-No hay necesidad de eso, yo hubiera reaccionado de la misma manera.

-Entonces, ¿Hasta cuándo estarán viviendo juntos?

-Hasta que papá vuelva –Susurró.

- ¿Qué?

-Nada, olvídalo.

-Está bien, creo que llegó la hora de irme, vendré a visitarlos más seguido, pero por el momento debo ir al trabajo. Nos vemos después. Adiós.

Bara caminó hacia la entrada, levantó su mano en señal de despedida, cruzó la puerta y se fue.

-Me agrada.

-Bara ha sido mi amiga desde que tenía ocho años, y desde entonces siempre ha tenido una personalidad agradable.

- ¿Crees que podamos ser amigas?

-No veo por qué no, pero no te digo que sea fácil, a pesar de su amabilidad suele ser muy reservada.

-Entiendo... ¡Ah!, olvidé preguntarte, ¿Por qué tenías este vestido en tu armario?