Bienvenida.~

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Esa partida no le estaba yendo nada bien a Zack. Y no era problema de conexión, si juegas al FPS más moderno en un PC con potencia suficiente como para detener un tren, no puedes tener problemas de conexión. Él sabía perfectamente por qué no se concentraba. Es normal, cuesta concentrarse cuando estás a punto de invocar a una Súcubo. Tan solo estaba matando el tiempo con los videojuegos. Sus padres se acababan de ir a un viaje de negocios, y quería asegurarse de que no volvieran media hora después porque "se habían dejado algo". Sería vergonzoso para él que sus padres lo encontraran teniendo sexo con un demonio en casa mientras ellos no están.

Incluso si pasó una hora jugando, no consiguió ningún logro especial. Soltó el mando y se echó para atrás en esa silla "gaming" que sus padres le habían regalado. Por si no es suficientemente claro, ellos son muy adinerados, viven en una mansión, que se construyó para el bisabuelo de Zack y se ha ido pasando de generación en generación. Precisamente en la antigua biblioteca del bisabuelo Jameston Zack encontró un libro que hablaba de demonios y criaturas terroríficas. La Súcubo fue lo que más llamó su atención, y se decidió a invocar una. Eran demonios de aspecto femenino, muy sensuales. Cuando salen del infierno por ellas mismas, se dedican a tener sexo con mortales hasta la muerte, pero si son invocadas, son más dóciles, si bien no matan, tampoco son sumisas, no todas.

Después de varios pasos estrafalarios, Zack dibujó un círculo satánico en el suelo de su habitación. Si había cumplido bien los pasos, ella sería invocada, y aparecería frente a él. Si no, simplemente no habría reacción alguna. Por suerte, el símbolo dibujado en el suelo comenzó a brillar en un color morado muy resplandeciente, cegador casi. Zack se tapó los ojos con su brazo izquierdo, su corazón latía a 1.000 km/h. Había funcionado, al fin, a sus 18 años, podría perder su virginidad. Era algo patético, pero nunca ha sido precisamente afortunado en el amor.

-Hola.~ Cuánto tiempo sin estar aquí...

Una figura humanoide se estiró frente a Zack. A medida que recuperaba la visión con claridad, pudo ver unas curvas divinas, un traje negro muy gótico, con una pequeña capa del mismo color. También pudo ver una cara bonita de chica. La más dulce y hermosa que jamás había visto. Era pelirrosa, y su cabello estaba recogido en dos pequeñas colas a los lados de su cabeza, y sobre ellas unos cuernos negros que completarían la estética diabólica de la chica. Cuando Zack la miró a los ojos, grandes y con un brillo majestuoso, pudo ver que compartían el color de su cabello. Si bien sus ojos se caracterizaban por ser grandes, cuando bajó la mirada irresistiblemente, vio que otras partes no tenían esa característica, aunque no terminó de importarle demasiado.

-W-Wow, qué hermosa...

-¿Tú crees?~

La pequeña diabla, algo más baja que el delgado chico de pelo castaño, tomó la cintura de este con su brazo y mano derecha. Lo acercó a ella, tomando el control, para darle un pasional beso, por el que Zack quedaría con los ojos abiertos como platos. Ella se dió cuenta rápidamente de que él nunca había besado, pudo sentirlo en sus labios, que eran puros. Eran.

-Te agradezco que me hayas invocado. Ahora, ¿listo para mi bienvenida?~

-¿T-Tu bienvenida?

Ambos sabían perfectamente de qué estaba hablando. Eso era precisamente lo que Zack buscaba, pero aun así no podía evitar estar tenso ante una mujer. Ella sonreía coqueta y burlona, pues lo sabía. Con el dedo índice de su mano desocupada, fue dando toquecitos al pecho de su contrario, subiendo por la clavícula, al cuello, en el que usó toda la mano para acariciar la zona. El castaño, algo más confiado, puso sus manos en la cintura de ella, e incluso se atrevió a dirigirlas a sus nalgas, pero la diabla, a sabiendas de sus intenciones, usó la mano que tenía en el cuello de Zack para ahorcarlo, demostrando su fuerza sobrenatural, no solo deteniendo las manos lujuriosas de él, sino dejándolo arrodillado. Después de eso, la diabla dejó de apretar.

-Creo que no me has entendido... Me gusta cuando me dan la bienvenida a los sitios con un chico bueno y obediente. Por cierto, no me he presentado. Soy Zayna, un placer, gusano.

-S-Sí.

La mirada implacable y su sonrisa coqueta eran una combinación realmente extraña. Sumado a sus acciones, consiguieron intimidar lo suficiente a Zack, que soltó un par de lágrimas por la impresión. No sabía qué hacer, solo se quedó de rodillas esperando el siguiente movimiento de la pelirrosa. Ella tomó su cabeza, lo cuál hizo que diera un pequeño sobresalto, y después la acercó a su entrepierna. Él esperaba sentir unos genitales femeninos, lógico para una demonio que trata de seducir a todo el que tiene delante. Al principio fue así, pudo sentir como en su mejilla ella le hacía palpar sus labios inferiores por encima de su ropa, pero después subió un poco más la cabeza del chico, para que este sintiera como su mejilla recorría el tronco de un miembro, lo cuál lo dejó algo impactado.

-¿Qué te parece?~

Sin una respuesta clara, ella alejó el rostro de Zack de ahí, para mirar a sus ojos, temblorosos como los de un cordero que va hacia el matadero. Para evitar más espera, ella decidió usar ya sus poderes diabólicos. Sus pupilas se tornaron de forma de corazón, y emitieron un brillo mágico similar al ya visto antes. Cuando el castaño la miró a los ojos, de repente sintió como la atmósfera se volvía cálida, y el cuerpo entero de Zayna era más erótico que nunca. Ahora no dudó en ser él quien se acercaba a su entrepierna, pero no con el rostro, sino con la mano, masajeando el miembro cubierto por la ropa. Pese a estar flácido, ya debía medir 17 centímetros.

-P-Por favor, comencemos.~

Futa Succubus Stuff.~ [Español.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora