Las fobias son miedos irracionales, intensos e incontrolables que algunas personas manifiestan en determinada situación o ante algún elemento en particular, aunque lleguen a darse cuenta de que no representa para ellos una amenaza real. No existe una sola causa para explicar por qué determinada persona padece de una u otra fobia, ya que no hay una relación uno a uno entre los antecedentes de un paciente y el desarrollo de un trastorno determinado. Por el contrario: las fobias sociales y las especificas pueden tener numerosas causas que confluyen.
Las investigaciones al respecto indican que existen ciertos factores genéticos y ambientales que favorecen la aparición de una fobia. Asimismo, las situaciones en las cuales se desencadenan de manera mas intensa son aquellos momentos donde la persona, por distintos motivos, esto sometida a estrés.
Una de las causas posibles por las que surge una fobia especifica es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática, a la que después asocia el elemento que le causa temor. La asociación puede ser directa o indirecta. Es directa cuando ha sido ese elemento la causa misma que desemboca en una fobia: por ejemplo, un niño es arañado por un gato furioso, y a consecuencia de ello el niño crece y se convierte en un hombre con ailurofobia -fobia a los gatos-. En cambio, es una asociación indirecta cuando el temor aparece desplazado: en la television norteamericana mostraron el caso de una joven que, habiendo sido abusada sexualmente de niña, habra desarrollado una curiosa fobia a los pepinillos.
Aun resta saber si cualquier persona sometida a un determinado estimulo puede desarrollar una fobia, o si es necesaria cierta predisposición genética para desencadenarlas. Algunos científicos se preguntaron esto al ver qué en muchos casos, los hijos repiten la fobia de los padres: por ejemplo, una madre con aracnofobia les transmite a sus hijos su propio miedo a las arañas. Sin embargo, no necesariamente se trata de herencia genética, sino que simplemente puede tratarse de un comportamiento aprendido.
Asimismo, ciertas fobias tienen como causa los resabios de un comportamiento instintivo: a lo largo de los siglos, el hombre ha temido a ciertos animales peligrosos como las arañas y las serpientes, o a fenómenos climáticos como las tormentas. Y por supuesto, hay fobias que son absolutamente culturales como al numero 13 (en los países occidentales, ya que los orientales temen al numero 4), a Halloween o a los extranjeros.
En muchos casos, las personas no recuerdan las causas que los llevaron a desarrollar su , especialmente cuando se trata de fobias especificas. Otras veces, en cambio, pueden recordar uno o varios sucesos que los llevaron a ellas, sobre todo cuando de fobias sociales se trata. Las causas de que una persona desarrolle, por ejemplo, glosofobia miedo a hablar en publico- pueden remitirse a situaciones en el pasado, que la persona haya experimentado como de humillación publica: burlas de sus compañeros, risas maliciosas, criticas, etc., y que en su momento hayan herido la autoestima del niño.
En cualquiera de los casos, la reacción ante las fobias suele ser la evitación de la situación tan temida. Esto puede llevar a que las personas vean deteriorada su vida social, laboral y afectiva. Por fortuna, en la actualidad existen varias maneras de tratar una fobia.