Epilogo parte 1

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7 años después

Vanessa tuvo que subir el volumen de la música cuando los niños así lo pidieron. Levanto su vista para ver por el retrovisor a sus tres hijos cantar animados. Siendo su último día de clases, no había día más feliz para un niño, además de su cumpleaños. Con una sonrisa y con tanta alegría que se veía reflejada en sus más pequeños incluso ella podría cantar y brindar de alegría, sobre el asiento. No les importaba que se vieran limitados por el amarre del cinturón de seguridad de la camioneta.

Esa tarde cuando tomo su camioneta para ir al colegio y recoger a sus niños, en el instante en que encendió la camioneta uno de los discos favoritos de Charlie había sonado, y tenía que reconocer que su hijo tenía buen gusto para la música. Desde el momento en que sus tíos le mostraron lo que era un instrumento mostró mucho interés en la música tomando unos gustos muy particulares, en especial en música de otra época, que en su mayoría eran del agrado de ella o de sus pequeños, en especial de Aly y Benjamín, ambos lo idolatraban tanto como Mía tenía un problema entre decidir entre Charlie o Emily. Cosa que los llevaba a divertidas peleas entre Emily y Charlie de quien quería más a quien, pero la verdad era que sus 5 niños amaban estar el uno con el otro, Charlie y Emily se habían tomado muy enserio su papel de hermanos mayores y lo hacían de maravilla, así como siempre existió esa unión de amor, cuidado y amistad entre Charlie y Emily, se había hecho aún más fuerte entre ambos.

No pudo evitar sentirse melancólica al recordar lo que festejarían hoy. Quisiera o no... Era hora de dejarlos buscar su vida, abandonar el nido. Miro de nuevo por el retrovisor lo coordinado y animados que cantaban Mia, Aly y Benjamín.

Sus pequeños eran todos unos personajes. Con sus 10 años, diez años que pasaron volando, aún recordaba cuando Charlie y Emily cumplieron sus 10 años y sus mellizos sus 3 años, Mía podría hacer e pasar como una trilliza ya que sólo se llevaba un año y medio de diferencia de sus hermanos más pequeños, por lo que no era mucha diferencia de edad o estatura.
Vio a Benjamín. El más pequeño por 10 minutos, era sin duda el más tímido, tierno y creativo niño, solía ser muy serio y tímido frente a las demás personas que no fuera su familia, no se dejaba confiar mucho de los demás y Vanessa insistía en que había algo especial en él, lo creía en todos sus hijos, pero Benjamín tenía una mente que iba más allá, muy maduro para su edad y siempre defendiendo sus creencias, creando su propio mundo en el que se encerraba, y era sin duda el más apegado a ella de los mellizos, su familia le decía Jr Zac, por el gran parecido que tiene a su padre cuando era niño.

Río un poco cuando Benjamín la atrapo viéndolo y le sonrió mostrando todos sus dientes antes de seguir el juego del canto y baile con sus hermanas.
Aly, por el contrario, era la pareja de travesuras de Mía, era todo lo contrario a su hermano, podía tener su carita de ángel y niña buena pero era muy inquieta, ocurrente, traviesa, amaba como su hermana el bailar, así como Mía quería ser como su hermana mayor. Según su madre, Aly era la mezcla perfecta de ella y Zac, pues tenía sus ojos marrones claros, su cabello en bucles dorados, además de tener el carácter de Zac y según él, la inteligencia de ella.

Mía sin duda alguna era igual a ella, encontraba mucho de ella misma en su pequeña hija, no sólo físico, su forma de ser y de comportarse. Y junto a su hermana mayor y menor, aprovechaba ser el alma y corazón de Zac para obtener lo que quería, tenía que admitir que Zac tenía a sus hijos muy consentidos, razón por la que ella llegaba a ser la mala del cuento algunas veces cuando tomaba las riendas del castigo, pero sin duda, sus niños eran muy amados y educados.

Junto a Zac, sentía que hacían bien trabajo educándolos, dejándolos crecer y descubrirse ellos mismo, y sin duda amándolos, ambos estaban dispuestos a dar todo lo que tuvieran por ellos, la vida sin duda alguna. Era lo mejor de su matrimonio, esos 5 pequeños que conformaban e incrementaban las razones para amarse mutuamente. Amaba poder compartir esto con Zac, y ella sin duda lo amaba cada día mas, como no enamorarse día a día de ese hombre?, Dios, a veces se sentía como una adolescente a su lado, no había forma de aburrirse de él, aun que tuvieran discusiones, en su mayoría por ideales de cada uno o desacuerdos, pero nada mejor como la reconciliaciones-

Forbidden Love (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora