Una oportunidad [OtaYuri] One-shot

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Yuri Plisetsky, el mejor bailarín del ballet ruso se encontraba sentado en la salita de espera de la oficina del doctor Viktor Nikiforov. Su maestra y coreógrafa de Ballet y su abuelo Nikolai se encontraban en la oficina del director de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de San Petersburgo.

《Será mejor que esperes aquí 》 le dijeron los adultos cuando la reunión empezó 《...y no causes problemas Yurachka, esto es serio》 le advirtió su abuelito sin que nadie más escuchara. No es como si le gustará estar ahí, en esa sala aburrida mientras su futuro estaba en juego. No habían pasado ni cinco minutos sentado y ya tenía ganas de tirar la puerta de la oficina de una patada para estar al tanto, era su futuro después de todo.

—Debes ser un poco paciente Yuri — interrumpió sus pensamientos una voz que provenía del escritorio del secretario del director. Era un joven de gafas, más grande que él de edad y con el vientre abultado mostrando un embarazo que pasaba del segundo trimestre.

El joven rubio le lanzó una mirada desaprobatoria, las últimas tres veces que su maestra y abuelo tuvieron audiencia con el director, él había tenido que quedarse sin hacer nada en esa pequeña y un tanto lujosa recepción. Había sido un infierno, su acompañante intentaba hacerle plática o hacer bromas tontas y al parecer ese día era igual, a pesar de que le había dejado claro las veces anteriores que no le interesaba convivir con él ni con nadie.

—Has engordado desde la última vez— le dijo a modo de burla.

—¿Verdad que sí? — le respondió con ese tono dulce y maternal que lo caracterizaba, cosa que desesperó a Yuri — El embarazo va viento en popa, el médico dice que los gemelos van creciendo bien, me da un poco de miedo...

—No sé cómo lo toleras— bufó— yo no soportaría inflarme como cerdito en engorda

—Te acostumbras— le dijo pensativo — no es como si "tuviéramos" muchas opciones— agregó un poco cabizbajo

—Yo debo de tener opciones cerdito, ehm Yuuri— dijo en tono fuerte y seguro — no puedo echar por la borda todo por lo que he trabajado.

Yuuri se sorprendió de la fuerza que ese pequeño mostraba, no era usual un joven omega con tanto temple y fuerza, pero ahí estaba, así había logrado llegar hasta donde estaba. Sin embargo, tenía razón "no tenían muchas opciones". Una vez que a un omega le llegaba su primer celo era cuestión de tiempo para que paulatinamente se dedicara al hogar y a la crianza de los hijos. Si bien podían incorporarse al mercado laboral o al académico, el problema era el periodo durante el celo, no existía aún ninguna alternativa para disminuir los efectos que traía consigo el celo, ni evitar quedar embarazado al tener relaciones consensuadas... o a la fuerza.

Lo más fácil para aquellos omega con posibilidades, era casarse y comenzar una familia. Las escuelas eran lugares peligrosos si tenían su celo y había pocos empleadores que permitían faltas de casi una semana cada 3 meses, al final pensaban "para que darles trabajo si cuando se embarazaran lo dejarían". Afortunadamente eran cada día más aquellos empleadores que se las arreglaban para tener un rol de horarios bastante efectivo. Sin embargo, en el mundo de Yuri las cosas se complicaban un poco.

Y ese precisamente era el problema de Yuri Plisetsky. En menos de un año le llegaría el primer celo, esperaba que se le atrasara, pero no era como si eso se pudiera controlar. Su abuelo, y tutor, ya le había permitido bastante el arriesgarse en seguir en el ballet puesto que usualmente a los 14 los omegas hacían su retiro del espectáculo, en ese medio no faltaba que a la y los bailarines omegas les llovieran pretendientes y Yuri no iba a ser la excepción. Pero él no se había vuelto bailarín para encontrar esposo, ¡eso nunca!

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