Capítulo V

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Cerré mi puerta con llave, tome dos maletas a juego, las llene de ropa de calor, y si, se supone que es invierno, pero a donde voy nunca hace frío.

Tome el dinero suficiente, metí mis cosas en el auto, incluso lleve cosas sin empacar, Salí y me di cuenta que ni Victoria, ni Scott estaban en casa, genial, cerré con llave la casa y me quede observando con nostalgia, extrañare esto.

Arranque el auto, y avance hasta que encontré un autoservicio, compre algunos refrigerios, pues me esperaba un viaje algo largo, al mismo tiempo que llene el tanque de combustible.

Revise la ruta que google maps me marcaba, okey, tome las avenidas que según el mapa, me llevarían hasta la autopista NFreeway,esto era sencillo porque en Tucson Arizona, no es difícil orientarse, así que seguí por esta ruta por al menos una hora con cuarenta y cuatro minutos, hasta que por fin se pudo divisar el letrero ''Bienvenidos a Phoenix'', seguí las indicaciones de google para poder llegar a la finca que es de las propiedades que mi padre me dejo, estaciono y me bajo quedando delante de la reja, esperando que Eliza o su padre salgan a recibirme, al final sale Eliza quien al verme corre a abrazarme.

-Oh dios, eres tú, Carter, te extrañamos demasiado por acá- dijo mientras abría la reja para poder pasar con mi auto. Una vez adentro de la propiedad, bajo y veo al señor José esperándome para abrazarme y saludarme.

-Señorita Carter, cuantos años sin verla- dijo al soltarme- le ayudo con sus cosas

-Gracias José- dije y tomo las cosas que puedo para quitarle la carga de trabajo a José.

Una vez con todas mis cosas en mi recamara de aquella casa, salgo a saludarlos como es debido.

-Los he echado de menos, la vida en Tucson es muy diferente a la de aquí en Phoenix, es mucho más sencilla- digo al momento en el que me siento en el sofá

- Creímos que nunca volverían- dijo Eliza- por cierto ¿y Scott? nunca se separaban de pequeños

-Él y yo... hemos discutidos, de la peor manera, es la primera vez que esto pasa, pero no ha estado siendo el desde hace tiempo- dije tratando de evitar ponerme a llorar

-Oh eso debe ser grave- dijo el señor José- pero hija debes estar cansada de conducir desde allá, deberías descansar y después lisa te ayudara a ordenar tus cosas

-Descansa y cuando despiertes podremos hablar- dijo Eliza

Al recostarme en esta cama, recuerdo a mi padre, incluso a mi madre, en esta casa viví los primeros años de mi niñez, eso hasta que mi padre fuera asesinado por su mejor amigo, justo después de que mi madre nos dejara, eso sin duda fue difícil de lidiar, pero en ese entonces tenía a mi padre, después él encontró a Scott, lo trajo consigo, y lo trato como un hijo, entonces murió, me dejo sola al cuidado de Scott, y nos mudamos a Phoenix, dejando esta casa al cuidado de José y su hija Eliza quien era mi amiga cuando vivíamos aquí. Aquí no me sentía tan vacía, los recuerdos venían a mi mente al momento en que mis ojos se cerraban dejándome llevar por el sueño.

Desperté por el olor de comida que provenía de abajo, así que deje que mi estómago me guiara.

-Justo iba a ir por ti para que vinieras a comer- dijo Eliza- vamos siéntate debes estar hambrienta

-Esa comida de los autoservicios es pura chatarra- dijo José

-Era eso o morir de hambre- dije- mientras le daba un sorbo de mi jugo de naranja- Es natural, lo amaba cuando era pequeña, gracias a ambos

-Estás en tu casa, literalmente- dijo Eliza

-Está siempre será su casa, nosotros ni la usamos, la hubiéramos vendido, lo saben- dije

-Y le agradecemos que no la haya confiado- dijo José

-No fue decisión mía, fue de mi padre- dije probando un bocado

-Su padre era un ángel, lo sigue siendo. Dijo José

-José, háblame de tu, eres como mi segundo padre- dije devorando mi plato, acabando de manera rápida lo que había en el

-A veces olvido que yo era quien te enseñaba a montar a caballo, cuando tu madre siempre lo desaprobó- dice José

- Mi madre era aburrida- dije

-¿Y has sabido algo de ella? Digo han sido muchos años- dice Eliza

- No he sabido nada de ella, y creo que estoy bien sin ella, siempre he respetado su decisión de abandonarnos a mi padre y a mí- dije levantándome a lavar mi plata y vaso

-Pues sabea que aquí nos tienes a nosotros, tu familia- dice José

Terminamos de limpiar la mesa y Eliza me acompaño a mi habitación, donde iba a ayudarme a ordenar mis pertenencias.

Comenzamos hablando de cosas triviales, de sus amoríos con los chicos de esta ciudad, de que había ido a conocer a su cantante favorita Taylor Swift a Glendale, nos pusimos al corriente con las cosas menos importantes.

Hasta que terminamos de desempacar fue cuando por fin pregunto lo que creo que le estuvo taladrando la cabeza desde que llegue.

- Y bien ¿Qué paso con Scott?

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