Hoshi no iro - estrella de colores

Alas negras

Allí estaba de nuevo, de vuelta a la rutina de siempre, viendo como aquel humano de cabellos azules y amarillos caminaba por las calles con una mirada cansada en sus ojos azules, posiblemente de vivir en esa vida. Él lo estuvo observando desde hace varios años, había visto como el ángel guardián del chico lo había abandonado para ponerse a jugar con él como si fuera un juguete en vez de cuidarlo y protegerlo de demonios y ángeles negros como él como se suponía que debía hacer. Irónicamente estuvo cuidando de él cuando debía hacer todo lo contrario.

No se quejaba de hacerlo. Él quería al muchacho solamente para él y el cuidarlo le hacía sentir que parte de su alma era suya, pero lo único que lo enfurecía era que el ángel guardián del chico lo abandonará para enamorarlo y hacerle daño mientras este lentamente abandonaba sus esperanzas en la vida.

Era enfermo, incluso para alguien como él que tantas vidas había tomado. Lo único que le impedía en ir y tomar el alma del muchacho, Yugo, de una vez por todas era que este se aferraba a la vida por quien sabe que razón 'pero no por mucho' fue lo que pensó volteando la cabeza para ver a un hombre de alma oscura que rompía la ventana de un auto y luego se subía a este. Le era obvio que lo estaba robando, sin embargo, no parecía tener cuidado en lo que estaba haciendo con él. Bien, mataría a un dos pájaros de un tiro, literalmente.

Una sonrisa siniestra se arrastro por la comisura de sus labios mientras extendía sus alas negras y un aura oscura envolvía sus manos.

Era hora de reclamar lo suyo.

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Yugo realmente estaba cansando, la tarde en la preparatoria había sido agotadora, por supuesto, las burlas no se habían hecho esperar apenas había entrado en ella, a muchos les parecía patético que no tuviera padres y que lo hubieran abandonado. Sobre todo a una chica que una vez lo había enamorado, sin embargo, ahora ella solamente era la sombra de lo que una vez fue.

Él había pensado algunas veces en irse de esa vida, no tenía a nadie que lo buscará y lo esperará, pero solamente se mantenía en ella debido a que tenía la esperanza de encontrar a una o más personas que lo quisieran. A una familia. Sin embargo, parecía que mientras más esperará, más doloroso sería.

"Descuida que no será por mucho" murmuro una voz detrás de él, se detuvo de golpe y miro lentamente hacia atrás, abriendo la boca al ver a un chico de cabellos negros y violetas con ojos grises, usaba una chaqueta negra, camisa gris, pantalones negros y botas negras, este le sonreía maliciosamente, sin embargo, lo que le sorprendió era la aura siniestra que le rodeaba junto con las alas negras que brotaban de su espalda.

"¿Que?..." empezó a preguntar, sin embargo, no alcanzo a terminar cuando escucho un ruido detrás de él. Apenas pudo voltear para ver el auto cuando este se estrelló contra él. El dolor y la agonía no tardo en invadir su cuerpo, pudo ver a ese chico posarse sobre él y empezar a acariciar su mejilla '¿que esta haciendo?' Se pregunto al sentir algo cálido en sus labios, ¿lo estaba besando? '¿por que?' quería averiguar que era lo que estaba haciendo, por que lo hacía, pero no podía, empezaba a tener mucho frío ¿iba a morir?

No era una de las formas en lo que había querido, pero sabía que terminaría con el sufrimiento que tuvo en su vida. "Ven conmigo a la oscuridad eterna y deja que el peso de tus cadenas te envuelvan." Un susurro llego a su oído, y no pudo evitar hacerle caso a esa voz al empezar a cerrar los ojos.

Sumiéndose en la oscuridad,

Y cayendo en la tentación.

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Yuto sonrió de forma triunfante al ver que el joven cerró sus ojos azules, como la vida se extinguían de estos y su alma se separaba de su cuerpo. Suavemente lo cargo en brazos, apartando con cuidado algunos mechones rubios de su flequillo para ver su rostro. Era hermoso. Beso nuevamente los labios de el bicolor amarillo mientras los médicos llegaban y lo subían apurados a una camilla. Pero era demasiado tarde.