Jacob:
Una semana después de la boda todo había vuelto relativamente a la normalidad, Denise y yo continuábamos juntos, Natalia y Julián seguían en luna de miel, David y yo seguíamos juntándonos y Denise y Laura también, aunque por otra parte igualmente se notaba una pequeña tensión en el ambiente cunado no juntábamos en grupo, tratábamos de no hablar de lo ocurrido ni de mencionar el nombre de sus ex cuando estábamos con los afectados pues ambos seguían afectados, yo lo sabía por David, pues pensé que Laura estaba bien, pero una situación me mostró lo contrario.
Esa noche me encontraba adelantando trabajo en departamento, y es que habían unas cosas, que me tenían intranquilo, unas formulas que no podía resolver aun, me masajeé la cien con ambas manos, me había empezado a doler fuertemente, <quizás sea mejor tomar una pausa> pensé, pero justo al pararme para ir a hacerme un café tocaron a la puerta, en primera instancia me extraño que alguien llamara a mi departamento a esa hora, no era tan tarde como para que todos estén durmiendo, pero si lo bastante tarde para que nadie este en las calles a menos que vayas a Salir, y yo no esperaba a nadie.
– ¡ya voy! – dije antes de abrir, ya que los golpes no cesaban.
Lo que encontré al contestar me dejó atónito.
– ¿Laura? – le pregunté, la mujer en el umbral tenia los ojos rojos e hinchados, algunas marcas de lagrimas aún surcaban sus mejillas, su pelo estaba desordenado y su ropa desaliñada, sin embargo, no se notaba completamente descompuesta, deduje que se habría arreglado lo que pudo antes de tocar - ¿Qué... por qué... que sucedió? Dije algo incomodo y sorprendido a la vez.
– ¿puedo pasar? – me preguntó con voz temblorosa, sin decir palabras le abrí la puerta invitándola a pasar con un gesto, ella entró e inspecciono la sala, me sentía avergonzado por el desorden, aún no tenía un escritorio decente, por lo que todos mis papeles de trabajo descansaban en la mesa de centro.
– ¿estabas ocupado? Lo siento, no quise molestarte, no debí venir – dojo caminando de nuevo hacia la puerta.
– no, no, yo justo iba a tomarme una pausa – dial tiempo en que ordenaba mis cosas apresuradamente – estaba por tomarme un café ¿quieres algo? Agua quizás.
Ella asintió, la invite a sentarse mientras traía su vaso de agua, me senté junto a ella y esperé pacientemente a que terminara de beber el líquido y empezara a hablar.
– en serio no quiero estorbarte..., pero no sabía dónde más ir, Naty y Julián siguen de viaje y Denise no contestó mis llamadas, y por como fuiste el otro día pensé... pensé que – se cortó y se puso a llorar nuevamente.
Rápidamente me paré y fui a buscar pañuelos, al llegar se los pase y puse una mano en su pierna, incitándola a seguir, ella se limpió las lágrimas, tomo un poco más de agua y continuo.
– lo que pasó fue que – comenzó diciendo – hoy fue David a mi casa, fue a dejarme algunas cosas que... son mías y aún estaban en su departamento.
>> solo lo vi por cinco minutos y quizá suene egoísta, pero que me viniera a ver, solo una semana después, completamente recuperado de nuestra ruptura, me dolió, entiendes.
– no Laura, te aseguro que aún no está completamente recuperado, créeme yo lo conozco y pienso que solo te fue a dejar esas cosas para que el proceso fuera más fácil y no tuviera que verlas y pensar en ti cada vez.
– tiene sentido – dijo al parecer más calmada – aunque el momento en que me quebré fue cuando él se sinceró conmigo, me dijo que su intención nunca fue hacerme daño, que me amaba, pero que tenía que ser fiel consigo y bla bla bla.
YOU ARE READING
Anillos enredados
RomanceUn grupo de amigos, tres parejas , tres compromisos y una boda donde no todo es tan perfecto como parece, una historia llena de enredos amorosos, mientras los personajes aprenden que nunca llegas a conocer a una persona completamente.