15: DULCE ACEPTACIÓN

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¿Seguimos enojados con Hitoshi? Es adorable pero la cuestión emocional lo agarro en curva, dejemos que sea Denki quien lo haga entrar en razón.

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Sinopsis: Todos hablan de la belleza del amor, de lo dulce y maravilloso que es enamorarse, de la dicha que te inunda y te sacude. En las cuestiones del amor siempre se hace mención a la electricidad, a la euforia, a las mariposas que revolotean libres y te ahogan. Nadie dice nada del terror. Nadie menciona el miedo de enamorarse, el terror del rechazo, la incertidumbre y el dolor. Todos olvidan que así como el amor te eleva y te extasía, tiene la capacidad para derribarte. Enamorarse es un evento sin aviso ni razón, nadie puede evitarlo, pero todos tenemos la opción de aceptarlo o negarlo.

[...]

Hitoshi no se sorprende cuando Denki frunce el ceño y le azota la puerta en las narices. Experimenta un déjà vu, solo que esta vez le toca estar al otro lado de la puerta que se cierra. La sorpresa le impide moverse, se queda ahí como el imbécil que es, y parpadea.

¿Por qué he dicho eso?

Sigue sin acostumbrarse a que su cuerpo reaccione de manera inesperada cuando las cosas involucran a Denki, y no está seguro de que alguna vez eso vaya a cambiar. La perspectiva en sí es aterradora.

Hitoshi toma aire, suspira y entonces emprende la retirada. Ha dado dos pasos cuando la puerta de Denki vuelve abrirse.

—¿Te rindes?, ¿así de fácil?

La respuesta es automática, como atrapar una pelota y devolverla.

—Entiendo que no quieras hablar conmigo, volveré a intentarlo luego.

Hay un largo silencio hasta que Denki resopla.

—Maldita sea, Shinsou, se me olvida lo raro que eres—se aparta de la puerta y le hace una seña.

Tras un momento de duda Hitoshi lo sigue. El cuarto es tal cual lo recuerda, hay más papeles en el escritorio, el montón de ropa se ha movido de la silla a una esquina, y hay una caja vacía de chocolates que ocupa un lugar en el estante alto de su librero.

Okay—la palabra suena violenta y Hitoshi procura no retorcerse ante la expresión incrédula de un Denki que se apoya en su escritorio con los brazos cruzados—me ignoras durante días, no te dignas a explicarme qué rayos está pasando, y luego te apareces en mi puerta haciendo preguntas estúpidas, ¿qué carajos, Shinsou?

Hitoshi abre la boca, la cierra y experimenta por primera vez algo que seguramente es vergüenza. O tal vez no. Se parece a la vergüenza porque nota las palmas húmedas y el nudo en el estómago, pero no está seguro si es por bochorno o porque acaba de darse cuenta de que está en la habitación de Denki.

—¿Nada?, ¿ni una puta disculpa?,

—Lo siento.

—Uhm, sí... mira tú, no me basta, qué mierda te tragaste para haberte comportado como un perfecto imbécil durante estos días, ¿eh?

Hitoshi abre la boca; la verdad se balancea ahí en la punta de su lengua, pero su cuerpo se la traga.

—No te lo puede decir.

—¿Y entonces qué estás haciendo aquí?

Hitoshi lo sabía en la puerta, ahora no está seguro. Quiere ser su amigo, quiere estar con él en todos los momentos en que Denki se ría. Le gusta oírlo reírse, le gusta cuando se le arruga la nariz y echa la cabeza hacia atrás. De lo que no está seguro es que pueda ser solamente su amigo sin sentirse miserable.

The Unexpected Journey Of A Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora