Versículo 2

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Por más que diga saber, que asuma entender, que presuma creer, nada se compara a poder comprender; y es que sé que lucha para hacerlo pero solo quien es dueño de sus propios zapatos puede lograrlo. Uno se intenta explicar y dar a entender detallando escena a escena de lo ocurrido pero, nuevamente, el otro siempre entiende pero no comprende; esto no sucede por no quererlo o no desearlo, siempre se intenta ayudar al cien por cien a quien se ama de verdad, pero para comprenderlo hay que vivirlo.
Entender es la capa exterior, es escuchar las palabras y creer que con lo que se diga se podrá cambiar lo sucedido, es tener la idea clara.
Comprender, por el contrario, es incorporar las palabras del otro, entenderlo desde dentro de si y asumir que quizás, a veces las cosas no cambian y solo es cuestión de esperar y darle tiempo al tiempo, sin querer cambiar a la otra persona, o sus limitaciones.

Es ley que las cosas cambian, siempre están en constante cambio. Hoy por hoy, al menos, no para mejor. Habrá que esperar a mejores tiempos, para poder volver a las viejas costumbres que tanto nos llenan el alma y nos vuelven felices. Las verdades ocultas, ahora son destapadas, sacando a la luz las mentiras.
Esto no significa que la siguiente época se vuelva infeliz, sin embargo las comodidades y tranquilidades que antes eran comunes no estarán.
"Tiempos mejores vendrán" dicen las lenguas, y uno siempre mantiene la fe de que se volverá realidad; todo tarda, y el que espera desespera dice el conocido dicho pero, ¿como no desesperar cuando queremos un rápido cambio? Debemos esperar, esperar a que todo vuelva a su curso natural. Habrán impedimentos, más sin embargo el suave tacto de la piel y la comprensión alcanzarán para ayudar a sanar y serán un gran soporte para afrontar lo futuro.
Los enojos son ciertos, las molestias no son fingidas ni la razón del porqué es invalida o incorrecta, cree en cada palabra, sin tomarla a la ligera.
Aguantar un poco, guiarse por los hechos del pasado, apoyarse en las viejas cartas guardadas bajo la ropa, recordar lo que esta bien y respetar lo que el otro pide; son todos pequeños pasos al éxito. Cuesta, si, poder meterse en su cabeza para hacer lo mejor.

Resistir, esperar, apoyar pero por sobre todas las cosas, comprender al otro.

Nuevamente volvemos al comienzo, esperando la comprensión verdadera, que solo se espere un poco más de tiempo, que no se falle ante los ocultos pedidos de entendimiento.
Puede ser una etapa complicada, el texto hasta puede resultar (algo) difícil de deducir. Más sin embargo, escribo sin intenciones de darme a entender fácilmente; con el simple acto de que una sola persona lo entienda, estoy hecha.

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