No recuerdo mucho de qué fue lo que paso ese día después de la caminata, mis recuerdos son borrosos, y por más que intento recordar solo me provoca dolores de cabeza, el lugar donde me encontraba estaba sucio, había telarañas por todos lados y un olor muy desagradable; yo me encontraba medio inconsciente, intento pararme pero algo me devolvía al suelo, intento descubrir que era, entre mis manos siento cadenas de metal, intento abrir más los ojos, recuperar la consciencia, todo me daba vueltas, me sentía mareada, mi boca tenia un sabor a sangre, mis manos se sentían mojadas, y mi cabeza seguía doliendo; escucho la voz de un hombre acercarse y nuevamente pierdo la consciencia...
-Veamos levántate pequeña- Solo logro escuchar su voz, me era tan familiar, quizás lo reconocería si lo veía pero no podía abrir mis ojos, sentía que me levantaba y me acostaba en una superficie fría y húmeda, intento moverme pero él me mantiene retenida, me sostiene del brazo muy fuerte y de pronto escucho su voz más cerca de mi oído diciéndome:
-Ni se te ocurra escapar como los otros Alis, te lo advierto, no querrás ser castigada luego, ¿cierto pequeña?- su tono de voz era un tanto macabro y me dio una sensación que era una señal de peligro.
Él se había ido y por fin había podido abrir los ojos, comencé a observar a mi alrededor, me encontraba acostada en una mesa de metal, intento levantarme pero no me había dado cuenta de que tenía puesta unas cadenas de metal sujetas a la mesa, sentía dolor, estaban muy ajustadas, había una pequeña mesa y silla de madera en una esquina de la habitación, era como una especie de cabaña, la única ventana que había estaba tapada por un gran árbol, el piso tenia machas rojas y aún estaba ese desagradable olor, mis manos y frente estaban llenas de sangre, no lograba sentir ya mis piernas, en ese momento solo pensé que tenía que huir de allí, de pronto la puerta se abre, y ese extraño hombre entra en la cabaña, en sus manos traía una bandeja con una olla con agua y un pañuelo a un lado, él se sienta en la silla y coloca la bandeja en la pequeña mesa de metal, luego se me queda mirando de una forma aterradora, que me hace querer salir corriendo, y me dice:
-Hola pequeña Alis, veo que ya despertaste- me sonríe de una forma macabra, y yo con las pocas fuerzas que tengo le pregunto:
-¿Quién eres?, ¿Cómo me conoces?
-Veo que aún no te has dado cuenta... Muy bien dejémoslo en duda, será como una especie de juego entre tú y yo, ¿Qué te parece pequeña?- sentía escalofríos, estaba aterrada, sus gestos y su voz me daban cada vez más miedo, y le digo:
-Por favor déjame ir, no quiero jugar tu juego, quiero ir a casa- Mi voz se va quebrantando y casi caigo en llanto cuando de pronto él se levanta, se me acerca y me dice:
-Alis... Alis... Alis, pequeña Alis, entiende una cosa, yo ¡Jamás! Te liberare, por lo menos no con vida, así que si no quieres acelerar tu muerte, ni se te ocurra tentarme, me tendrás que obedecer si o si, y no estoy pidiendo tu opinión es una orden- Me agarra de los brazos muy fuertemente, y comienzo a sentir dolor, mi clara piel se torna roja, el me mira de una forma tan aterradora, luego me suelta y va hacia la mesa de madera, agarra el pañuelo y lo moja, luego se acerca hacia mí y comienza a limpiar mi sangre.
Después de eso el recibe una llamada, se despide de mí y se va. Todos los días era igual, el entraba a la cabaña, me atendía y luego se iba, yo no le quería dirigir la palabra, tenía miedo de él y de lo que me podía llegar a hacer, durante las noches su voz que quedaba entre mis recuerdos me atormentaba, y comenzaba a llorar, los días eran calurosos, dolorosos y agotadores, mientras que las noches eran frías, oscuras y solitarias.
Hubo una vez que intente escapar pero mi plan no funciono, me encontraba muy débil y adolorida, así que él me encontró, solo tirada en el suelo, por suerte no sospechaba que había intentado escapar o bueno eso era lo que yo creía, ese día parecía que había alguien más en ese lugar, yo intente gritar pero el cansancio me lo impidió, sumándole sus advertencias y una extraña pastilla que me obligo tomar, aparentemente era un calmante.

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Alis
Misterio / SuspensoAlis es una chica de 16 años que fue asesinada de la forma más cruel posible. Esta chica ya muerta narra su vida antes, durante y después de su muerte. Su alma y la de las demás victimas de su asesino se encuentran en un lugar aislado en donde...