La luna se asomaba por encima de los árboles desnudos, donde posaban algunos cuervos. En los alrededores de uno de los castillos más imponentes y aterradores, había una turba fúrica con antorchas y tridentes. Gritando cosas como: ¡vampiro! ¡fuera! ¡monstruo! ¡aberración del diablo! Estaban dispuestos a irrumpir. El conde se encontraba en una de las torres más altas viéndolo todo. Un niño de cabello obscuro en forma de M, ojos azules y con lágrimas en los mismos dijo:
-Nos tienen rodeados , no hay forma de huir.
El conde: Alguien corpulento, de cabellera blanca y larga miró al niño.
-¡Mataron a mamá! ¡Ellos son los verdaderos monstruos!
Posteriormente se aferró a la capa de su padre, tirando de ella y llorando dijo:
-¡¿Por qué nos hacen esto?!-
El conde se agachó para ponerse a la par con la estatura del niño, luego coloca la mano sobre su cabeza.
-Tranquilo hijo, yo los protegeré, ya no llores. Me encargare de que tú y tu hermana salgan a salvo de aquí.
Una enorme bola de fuego impactó con la torre. La estructura no tardaría en desmoronarse.
-No queda mucho tiempo.-sentenció el conde.
-¡Ni creas que voy a dejarte aquí! ¡Peleare junto a ti!-dijo Damian con profundo furor.
-No. Alguien deberá cuidar de tu hermana.
Una bebé comenzó a llorar, Drácula se acercó a la cuna en que estaba y la toma.
-Pero antes debes saber algo.-prosiguió.- Este collar que posee controla un poder interno inigualable. Tu madre se lo dio, decía que estaba destinada a algo más grande que ella misma. Por ahora esta apaciguado, pero cuando sea el momento relucirá como el jade, y su brillo será tal, que podría derretir los globos oculares de un mortal.
Una parte del techo se vino abajo. Pero Drácula con su cuerpo, evitó que cayera sobre sus hijos.
-¡Damian!-dijo con voz ahogada mientras sostenía el pedazo de techo sobre él.-Cuida a tu hermana por mí, se un buen mentor para ella, se que lo harás bien ¡ahora váyanse!
El hijo de Drácula huyó del lugar junto con su hermana. Con lágrimas en contra del viento se fue por el adarve trasero, sin mirar atrás. Mientras corría, gritaba:
-¡Papá! ¡Papá! ¡Papá!
Repentinamente sobre el cielo, (qué estaba rojizo) aparecieron unos demonios alados: eran grises y sin un solo folículo de pelo; eran flacos casi que esqueléticos, en sus bocas se reflejaba el fuego infernal, mientras que en sus chillidos se escuchaba el llanto de millones de almas en pena. Estos eran los Kaypora.
Damian pudo percibir sus malas intenciones ya que dichos engendros querían dañarlo, o peor matar a la bebé. En un principio trataba de evadirlos, pero los arañazos que azotaban sus patas eran inevitables. Sin previo aviso uno de ellos quiso arrebatarle la niña de sus manos, por lo que Damian se encontraba forcejeando con el demonio, luchando para que no se la quitaran.
-¡Suelta a mi hermana! ¡No dejaré que te la lleves!
En ese momento advierte que, la torre en donde compartió tantos momentos y considero durante toda la vida su hogar, se estaba hundiendo cuesta abajo junto con el hombre al que aspiraba ser. Su padre, el ser más fuerte y más sabio, ya no existía. Algo en Damian se quebró, su semblante había obscurecido, sus lágrimas secado y ya no sentía miedo en su corazón; de hecho quizás esa noche, sería la última en la que experimentaría una emoción externa, que no fuera amor por su hermana.
ESTÁS LEYENDO
Drácula's Curse (La Maldición de Drácula)
VampireTras verse rodeado en su palacio, el Conde Drácula decide dar la cara, pero antes quiere que sus hijos escapen primero. Uno de ellos posee un poder inimaginable, el usarlo de manera equivoca podría resultar fatal. Por eso Damian estará allí para pro...