Capitulo 2

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Unos peligrosos negros escrutaron el pálido rostro de Bulma.

-¡Te pierdo de vista un instante y te pones a llamar por teléfono! ¡Estabas filtrando la información! ¡Has traicionado mi confianza! -la condenó Vegeta Ouji sin disimular su ira.

A pesar de estar temblando y de tener el estómago agarrotado Bulma no pudo dejar de sentirse fascinada ante aquel temperamento mediterráneo explosivo, volátil y lleno de dramatismo. Le resultaba completamente extraño.

-Señor Ouji... -comenzó a decir tratando por todos los medios de hacerle comprender que no debía de suponer siempre lo peor.

-Has hecho tu elección, así sea. ¡Voy a destruirte por esto! -añadió Vegeta letal.

-Lo has malinterpretado -protestó ella febril-. ¡Sólo he podido llamar a la operadora!

Vegeta la miró despreciativo y se alejó a grandes pasos. La ira se expresaba en cada movimiento de su cuerpo.

Por un instante Bulma se quedó paralizada, desconcertada. Vegeta Ouji la había arrastrado hasta el aeropuerto, la había maltratado y de pronto la dejaba ahí, tirada y sin dinero. Sólo el miedo a lo que pudiera sucederle a Launch la hizo correr tras él.

-¡Apártate de mi camino! -gritó él al verla.

-¡No es lo que tú crees! -explicó Bulma acalorada. Vegeta continuó andando sin hacerle caso-. ¡Eres un cabezota! ¡Lo único que estaba haciendo era una llamada a cobro revertido a mi jefe de la librería, ¿vale?

-¿De qué librería estás hablando? -preguntó Vegeta de mal humor, volviéndose hacia ella de mala gana.

Bulma se quedó mirándolo con el ceño fruncido, notando de repente que faltaba algo.

-¿Qué diablos has hecho con las bolsas? ¡Por el amor de Dios, has salido corriendo y te las has dejado tiradas ahí en medio, ¿a que sí?

Bulma se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos. Vio las bolsas en el suelo y se apresuró a recogerlas para volver junto a él.

-¿Qué librería? -repitió Vegeta sin inmutarse al verla llegar cargada.

-Trabajo en una librería durante el día. Y además vivo justo encima... – Bulma hizo una pausa para recuperar el aliento-. Tengo que hablar con el señor Gero para avisarle que mañana no iré, si desaparezco de repente llamará a la policía...

-¡Tonterías! Pensará que te has escapado con tu novio. Los empleados de tu edad son de poco fiar -aseguro Vegeta sin dejarse impresionar.

Ofendida ante aquella respuesta, Bulma respiró hondo y trató de mantener la calma, pero no funcionó.

-¿Sabes? ¡Estoy hasta aquí de ti! -exclamó llevándose la mano a lo alto de la cabeza-. Yo no tengo ningún novio, y además soy una empleada de fiar. No me subestimes ni me hables en ese tono, yo nunca falto a mi trabajo. Llevo cuatro años en el mismo empleo, y durante los dos últimos se puede decir que casi he llevado sola el negocio...

-¿Y entonces qué estás haciendo fregando suelos por la noche? -preguntó él incisivo.

-Necesito el dinero, ¿vale? ¿Es que es asunto tuyo?

La novia embarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora