Magic Shop 🐾 yoonSeok

Magic shop

extra

El ahora pelinegro terminó de sacar al hermoso  pug luego de haberle dado un baño, su nueva dueña vendría pronto a buscar a esa preciosura, le hubiese gustado mucho adoptar a Shooky, como él lo había llamado, pero no había podido, ya tenía a Mickey, aún no podía llenar la casa de animales.

Por otro lado, otro pelinegro de piel pálida miraba con sus brazos apoyados en el mostrador como Hoseok le colocaba el collar al cachorrito y acariciaba su cabecita con amor.

No hacía falta recalcar lo mucho que le gustaba el menor, a primera vista lo había impactado con su hermosura, poco tiempo después conquistó su corazón, nunca pensó que este pudiera latir tan rápido como cuándo estaba con él, le fué imposible no enamorarse, Hoseok era un amor de persona. 

—Hyung, se nos va nuestro hijo — la voz triste de Hoseok interrumpió sus pensamientos, un lindo puchero estaba en sus labios mientras sostenía al pug en sus brazos.

YoonGi sonrió, sin que nadie dijera algo gracioso, sólo con la presencia del pelinegro.

—Estuvo enfermo por varios meses el pobrecillo ¿No estás feliz de que Shooky encontró un hogar?—preguntó aún con la sonrisa.

—Claro que si, pero lo extrañaré mucho —respondió abrazandose al mismo, él le había dado su medicina, comida y baños por los meses que había estado con ellos, desde que llegó cruelmente lastimado a la tienda.

El mayor tomó la patita del perrito, también lo extrañaría y aún más porque  Hoseok lo denominó  "su hijo"  de ellos dos.

Hobi no evitó que una lágrima callera cuándo la nueva dueña llegó, pero para YoonGi no había problema, pues tenía la excusa perfecta para abrazarlo por largos minutos.

—¡Ya casense!— el grito chillón de Rin Ah, interrumpió su momento, ah, esa chica era una loca, había estado prácticamente tratando de obligar a YoonGi para que ya se le declarara  a Hoseok.

Pero el chico había ido lento con Hobi, él le importaba y quería que todo se diera a su tiempo, no se desanimaba, pues cada día se levantaba queriendolo más.

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Holly llegó al lado del chico ,ladrando para llamar la atención del pelinegro que colocaba algunos productos en el estante , el chico bajó la mirada y observó algo que colgaba del collar del cachorro.

Se agachó acariciado su cabecita llena de risos, aunque su primer encuentro no fue bueno hoy en día podía decir que se llevaba bien con él perrito, tomó lo que estaba en su cuello notando que era un papel doblado, miró con confusión pero no dudó en abrirlo.

  Eres el sol que
ilumina mis días

Seguía confundido pero era una linda confusión, su corazón se agitó al pensar que esto era obra de YoonGi, se colocó nuevamente de pie buscando al chico con su mirada, pero no había rastro de él, suspiró risueño guardando la nota en su bolsillo y continuó con su trabajo, esta vez más feliz.

YoonGi miraba desde su escondite, hacer reir a Hoseok estaba en la lista de pequeños placeres de la vida, y ahora por fin se había animado a declararsele, lo conocía lo suficiente para quererlo como su chico.

—Es tu turno Tata—dejó la nota bien asegurada en su cuello, cuidando de no lastimar al cachorrito  —ve con Hoseok.

No era fácil entrenar a los perritos para esto, pero era más fácil que las palomas y los gatos, ya lo había intentado.

El cachorro olfateó la gorra de Hoseok que YoonGi le tendía y fué rápidamente hasta el chico, dando saltitos y quedándose sobre dos de sus patas mientras las otras dos estaban en las piernas del pelinegro.